Mientras las partes aguardan las conclusiones de la autopsia de Facundo Astudillo Castro que se conocerán el jueves 1, la causa sigue activa y con nuevas pruebas presentadas por la querella particular que apunta a la hipótesis de la desaparición forzada del joven, que el 30 de abril salió de su casa en Pedro Luro rumbo a Bahía Blanca, fue detenido al menos dos veces por policías bonaerenses y nunca llegó a su destino. En el listado de personas a quienes la policía labró infracción por circular sin permiso en el aislamiento social obligatorio y preventivo contra el Coronavirus, entre el 2 de abril y el 3 de mayo no aparece el nombre de Facundo. Página|12 pudo saber que las autoridades de la comisaría de Mayor Buratovich nunca enviaron a la justicia el acta correspondiente a la detención de Kufa, como le decían, y esto fue posible porque ante el recrudecimiento de la pandemia la justicia de Bahía Blanca se vio desbordada de expedientes derivados de la violación al artículo 250 del Código Penal --que penaliza a quien propague una epidemia-- y ordenó a la policía que "no manden más papeles hasta que termine la cuarentena", tal como consta en el expediente.
Hubo un episodio de violencia policial en Bahía Blanca que podría haber provocó tal actitud, según el relato de un testigo aportado a la causa que mantuvo un diálogo con uno de los responsables de las comisarías de Villarino. El lunes 13 de abril a la madrugada Luciano González y su pareja sacaron a su perro para que hiciera sus necesidades, y fueron golpeados por policías, quienes los mantuvieron detenidos sin dejarlos hacer una llamada y sin atención médica.
"Cuando se pudrió … viste el quilombo que hubo en Bahía Blanca del vago que sacó a pasear al perro y lo masacraron a palo los vigis (sic), dos días después nos citan a la departamental los 40 oficiales jefe de toda la jurisdicción de Bahía Blanca … muchachos acta modelo, es ésta ya se las mando, completa con los datos, se notifica abajo el tipo, copia de la imputación y nos vemos, que siga caminando", contó el subcomisario Pablo Reguillón a un vecino sobre las directivas que tenían durante el período investigado en la causa por Facundo. Se trata del policía que fue denunciado por amenazas por el abogado Luciano Peretto.
De ese diálogo --cuya desgrabación fue presentada como prueba y que fue ratificado en declaración testimonial por su interlocutor-- surge que el subcomisario conservó todas las actuaciones de esos días en la dependencia policial, y que él mismo se comunicó con el secretario de la fiscalía federal de Bahía Blanca, porque cuando acudió la familia de Facundo a hacer la denuncia el acta no estaba en manos de la justicia. "Yo tengo actuaciones de este pibe por el 205 que ahora está denunciado por averiguación de paradero", le dijo el subcomisario al secretario de la fiscalía. Luego envió los documentos pero "el vigi fue y no se las recibieron", de modo que terminó haciéndoselas llegar por WhatsApp. "Vino la familia, ya había empezado con esto de la desaparición forzosa, y los papeles no los tengo. Le mande el sumario para que tenga de qué hablar el tipo porque sino estaba asustado que no sabía un carajo, no sabía ni la hora que habíamos hecho el procedimiento, esa es la realidad. Porque en un punto nos dijeron Hey no nos llamen mas por estas infracciones".
De hecho, cuando Cristina Castro y sus abogados acudieron ante la fiscalía federal de Santiago Ulpiano Martínez, el fiscal no tenía el acta sobre la detención de Facundo en la ruta 3, a las 10 del 30 de abril. Recién apareció allí el 26 de junio, cerca de las 14.15, tal como relata Reguillón. Tampoco estaba en ese expediente la foto de Facundo frente al patrullero del oficial Mario Sosa, difundida por La Brújula el mismo día que la causa salió del fuero provincial. En ese expediente sí estaba la imagen del joven de espaldas a la cámara, con las manos entrelazadas por delante, la misma que apareció recuperada de los mensajes borrados del teléfono de la oficial Jana Curuhinca.
"No más papeles"
En otro tramo de la larga conversación, el policía Reguillón, ex jefe de la comisaría de Mayor Buratovich, había dicho que "las directivas del juzgado federal fueron no manden más papeles hasta que no termine la cuarentena porque primero pidieron los papeles y cuando nos quisimos acordar acá nomas en el Partido de Villarino teníamos 1500 causas". El subcomisario explicó al vecino que "las directivas nuestras al principio eran: Te agarraban cometiendo la infracción, trasladaba a la dependencia, se hacían las actuaciones, informe médico, juego de fichas, constatación de domicilio con un familiar que diga si realmente vive donde dice que vive". Pero eso cambió a partir de la repercusión mediática que tuvo la agresión policial a González y su pareja. "En ese contexto la gente nos cuestiona … Eh pero si estaba rompiéndola la cuarentena ¿por qué no lo llevaron a la casa? Vos te imaginas que tenga que hacer de remise de cada tipo que esta rompiendo la cuarentena, arrancamos mal", se quejó Reguillón.
La querella particular de la familia Castro había dicho al presentar este testimonio, que sus dichos "aclaran las causas del irregular procedimiento de los policías Sosa y Jana Curruhinca, que, hasta el momento, no han sido imputados ni siquiera por esto".
Del listado de las 47 personas que fueron infraccionadas por la comisaría que dirigía Reguillón, aportado al expediente al que tuvo acceso Página|12, hay un alto porcentaje de origen boliviano, y también personas que no son oriundas de la localidad, en la mayoría jornaleros, y se advierte un cambio en la metodología desde el 20 de Abril. Además, los informes están incompletos, en algunos casos faltan los informes médicos. Y también se observa disparidad de criterios respecto de un Juzgado al otro, de los dos federales de Bahía Blanca. Salvo un joven con marihuana y dos con una camioneta, no hay nycs (nacidos y criados). En la imagen queda en evidencia que no hay acta oficial judicial el 30 de abril, cuando Sosa y Curuhinca detuvieron a Castro quien iba a dedo y sin permiso de circulación hacia la casa de su ex novia, en Bahía Blanca.