La petrolera Royal Dutch Shell anunció este miércoles un fuerte plan de ajuste en el que tiene previsto recortar hasta 9.000 puestos de trabajo. La empresa angloholandesa busca reducir costos ante la caída de la demanda y de los precios del petróleo.
La "reestructuración" implica suprimir alrededor del 10 por ciento del total de su planta de empleados, calculada en unos 83.000 trabajadores en todo el mundo.
Los recortes comenzaron con un programa de retiros voluntarios al que ya adhirieron 1.500 trabajadores y el resto de las salidas se hará progresivamente en los próximos dos años. El objetivo de la petrolera es ahorrar entre 2.000 y 2.500 millones de dólares por año.
Como balance del segundo trimestre del año, Shell publicó pérdidas que llegan hasta los 18.100 millones de dólares. En ese sentido, el director general del Grupo, Ben van Beurden, señaló que ante el impacto de la pandemia "la reducción de costos es esencial. Debemos ser competitivos y ajustarnos el cinturón".
Durante una entrevista publicada en la página web de la compañía, el CEO apuntó contra los cargo ejecutivos al explicar que tienen "demasiados grados jerárquicos en varias partes del mundo".
"También estamos mirando los otros costos, como viajes o el recurso a proveedores de servicios y estudiando posibilidades como el trabajo a distancia. Pero una gran parte de nuestro ahorro será consecuencia de la reducción de nuestra plantilla", afirmó Van Beurden.
En un contexto en donde los precios del petróleo cayeron a mínimos históricos por la crisis del coronavirus, la compaía decidió reducir los dividendos por primera vez desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
Shell sigue la misma línea que su gran competidor British Petroleum, que anunció en junio recortes de 10.000 empleos. La grupo británico comenzó a ejecutar un plan de recortes que incluye al 15 por ciento de los 70 mil empleados empleados que tiene en el mundo.