Durante los primeros ocho meses del año, el Ministerio de Desarrollo Social quintuplicó el presupuesto destinado a distintos programas sociales: inyectó 150 mil millones de pesos, contra los 28 mil millones de pesos que se invirtieron durante todo el 2019. Si a esta cifra se le suman los recursos asignados para el Ingreso Familiar de Emergencia, implica una inyección de 420 mil millones de pesos para atender a los sectores más vulnerables. A pesar de los recursos que asignó el gobierno nacional para reforzar las partidas destinadas a inversión social, los índices de pobreza e indigencia aumentaron. Los números los publicó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) este miércoles y alcanzan a 11,7 millones de pobres y 2,9 millones de indigentes.
El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, brindó su análisis con respecto al cálculo del Indec. Destacó tres factores esenciales: “la nueva pobreza, la indigencia y el 56 por ciento de pobreza en los niños de 0 a 14 años”. Con "la nueva pobreza" se refiere a los quienes se quedaron sin trabajo e ingresos como consecuencia directa de la pandemia. "La primera tarea que tenemos como gobierno es reconstruir a este grupo", aseguró el ministro. Con respecto a la pobreza estructural, se refirió a la "urgencia de urbanizar los 4.400 barrios donde viven 4 millones de argentinos". Arroyo destacó especialmente la presencia del Estado como un colchón para evitar que las cifras fueran aún peores.
Entre enero y agosto se invirtieron 80 mil millones de pesos para atender sólo los programas alimentarios concentrados en la Tarjeta Alimentar, destinada a hogares con niños y niñas menores de seis años, embarazadas y personas con discapacidad que reciben la AUH. Se alcanzó a dar cobertura en pocos meses a la totalidad de los hogares previstos, pasando de 8 millones a 11 millones de personas que recibieron asistencia alimentaria. Ya en junio del 2020, los fondos acreditados a los titulares eran ocho veces superiores a los destinados durante todo 2019, sumando la totalidad de las tarjetas y módulos financiados desde Nación. Además de la tarjeta, el Ministerio destinó presupuesto a la compra de alimentos secos, convenios con comedores, merenderos e instituciones y cobertura de casos especiales.
A esta cifra se le suman 40 mil millones de pesos en programas asociados con el empleo: el Potenciar Trabajo, programa de inclusión socio productivo en el que los y las titulares del programa cumplen su contraprestación con la participación en proyectos socio-productivos, socio-laborales y/o socio-comunitarios o a través de la terminalidad educativa. Involucró a 560 mil personas.
Se destinaron 1.250 millones de pesos en el programa de fomento a la producción y el trabajo y, finalmente, 28 mil millones de pesos en capacitación, centros infantiles y becas destinadas exclusivamente a la niñez e inversión comunitaria.
Vaticinando el impacto sobre los indicadores sociales de la crisis más profunda de la historia moderna que aún estamos cursando y no sabemos sus consecuencias a ciencia cierta, en la presentación del presupuesto 2021 el ejecutivo contempló que destinará 5,5 billones de pesos a gastos sociales para el pago de jubilaciones y asignaciones sociales, programas alimentarios, de economía social, entre otros, lo que representa el 65 por ciento de los recursos contemplados para el año que viene.