La situación que transita la provincia de Chubut es crítica. Este martes los trabajadores de la salud anunciaron un paro de 120 horas a partir del lunes que viene, denunciando que no cobran el sueldo desde julio, al igual que los docentes y el resto de los trabajadores del Estado. Los sindicatos estatales, en una mesa de trabajo conjunto, se reunieron en la legislatura chubutense con siete diputados. Piden una ley tributaria extraordinaria, una auditoría de la deuda y la suspensión del pago de la misma hasta que normalicen la situación salarial de los trabajadores. Mientras tanto, el gobernador Mariano Arcioni viajó este miércoles a reunirse con el ministro del Interior, Wado de Pedro, tras lo cual anunció que realizará una reducción de la planta política del poder Ejecutivo para reducir costos y poder regularizar la deuda con los empleados estatales.
"Para construir una Argentina federal debemos articular el trabajo del Estado nacional y las provincias", escribió De Pedro luego del encuentro. Desde el gobierno provincial aseguraron que en la reunión se avanzó en acuerdos financieros que implicarían una transferencia de recursos de Nación a la provincia para poder cancelar la deuda con los empelados estatales. Se estima que podría ser una asistencia proveniente del Fondo Fiduciario Federal.
La situación en la provincia se agrava con la actividad turística paralizada hace meses por la pandemia. Los chubutenses dicen que no hay dinero circulando y que al común de la gente se le acumulan las deudas. El martes el ministro de Economía de la provincia, Oscar Antonena, se limitó a indicar que "el aguinaldo en algún momento se va a pagar". "Estamos sin cobrar, en plena pandemia, los hospitales están estallados, muchos de nosotros enfermos y ya no podemos más", graficó la situación Andrea Leonnett, delegada del Sindicato de Salud Pública de Chubut (SISAP). "Nos deben los sueldos, el aguinaldo y además los retroactivos por la aplicación tardía de las clausulas gatillo del año pasado", denunció en diálogo con Página/12.
Según informó la delegada "desde todo el arco gremial buscamos que la provincia postergue el pago de la deuda provincial (que vence el mes que viene) y que con eso puedan regularizar la situación de nuestros salarios. También pedimos que cuando se refinancie el pago se haga en mejores condiciones, porque la deuda externa nacional se está pagando con el 3 por ciento de intereses, y en Chubut, con los mismos acreedores, la estamos pagando al 8 por ciento".
Los docentes conforman el otro gran sector postergado y en conflicto desde antes de la pandemia. "La provincia comenzó a endeudarse en 2016. Pero recién en 2018 empezamos a cobrar escalonado. Cuando asumió el gobernador Arcioni, implementó el sistema de 'rangos'. Eso significa que los trabajadores estatales de Chubut estamos divididos en cuatro estamentos, dependiendo del monto de nuestro salario, y según eso tenemos prioridad para cobrar", repasó en diálogo con Página/12 Martín Pena, delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado de Chubut (ATECH). "En 2019 empezaron a pagarnos cada 40 o 45 días, después eso se fue estirando hasta que perdimos un mes, después dos y ahora recién el tercer rango --donde se encuentra la mayoría de los docentes-- vamos a cobrar el mes de julio. La metodología también es pagar de a partes. A veces dicen: ‘bueno, ahora les damos 30 mil y el resto la semana que viene’. Es una incertidumbre total”.
Con respecto a la tarea pedagógica, Pena remarcó que "en la virtualidad hay una complicación enorme porque mucha gente, tanto docentes como alumnos, ya no pueden pagar internet". "Vemos imposible el regreso a la presencialidad porque las escuelas están en ruina, no se hace ni el mantenimiento anual de los tanques, varias escuelas tuvieron que cerrar por bacterias en el agua", agregó el dirigente.
Por otra parte, Pena expresó que, si bien el ministerio de Educación provincial asegura que un 95 por ciento de las escuelas están en el classroom que organizaron para las clases virtuales, "la realidad es que no entran las familias ni los docentes porque no tienen conectividad. Lo que hacen los maestros, de forma militante, es comprar tarjetas para tener algunos datos y mandar actividades por WhatsApp. Se sostiene por voluntad, porque en estas condiciones tendríamos que estar todos de paro o retención de servicios. No nos pagan hace meses". El delegado comentó que la CTA sostiene dos comedores en la provincia a los que asisten a 260 personas --alumnos y sus familias--que ya no tienen para comer. "Por más que repartimos los cuadernillos que entrega Nación, y que son muy útiles, esos chicos no están teniendo acceso a la educación. No tienen internet y mucho menos ganas ni energía, porque muchas veces ni siquiera comen".
Informe: Melisa Molina.