El primer fin de semana de octubre miles de personas peregrinan a la Basílica de Luján en una de las mayores demostraciones de fe de la Argentina. Pero este año, debido al aislamiento social, preventivo y obligatorio, los fieles argentinos vivirán esta fiesta mariana de una forma diferente. “Debido a las restricciones sanitarias, se decidió hacer una peregrinación virtual -dijo a Página|12 el padre Juan Bautista Xatruch, presbítero y asesor de la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular de la Peregrinación Juvenil a Pie a Luján-. No vamos a caminar con los pies, sino con el corazón”.
A partir de las 6 de la mañana de este sábado, se hará una transmisión a través del canal de YouTube de la peregrinación hasta la medianoche que incluirá números musicales, entrevistas, bendiciones de religiosos de distintos puntos del país y a las 19 horas el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, dará la misa central en vivo desde el interior de la Basílica, que permanecerá cerrada a los fieles.
“La peregrinación no se suspende, sino que caminamos de otro modo. Siempre vamos a la casa de la Virgen, pero esta vez ella viene a nuestra casa”, afirmó Xatruch. Muchos de los fieles que peregrinan lo hacen para cumplir una promesa o para agradecer y el presbítero señaló que “hay algunos que piensan que Dios o la Vírgen se van a enojar si no cumplen”. “Dios y la Vírgen entienden esta situación, ellos nos ayudan a sobrellevar las cosas difíciles de la vida y se puede ofrecer otra cosa para concretar esa ofrenda que se quería hacer”, agregó.
La peregrinación virtual
La propuesta para la 46° peregrinación es que los fieles se acerquen a las parroquias o comedores de sus barrios para donar alimentos no perecederos o que hagan en su casa “un altarcito con una estampilla o imagen que tengan”, que “enciendan una vela” y “dediquen un tiempo a rezar”. Las intenciones de los rezos pueden enviarse a través del sitio web de la peregrinación. “De esta manera son presentadas a la Vírgen para que ella interceda por nuestros pedidos y agradecimientos”, señaló Xatruch y resaltó la importancia de “pedir también por los otros”.
La peregrinación virtual comenzará con la salida tradicional desde la iglesia de San Cayetano en el barrio porteño de Liniers. “De ahí va a salir una camioneta y vamos a filmar en vivo las paradas históricas de la peregrinación, Morón, Moreno, Merlo, La Reja, General Rodríguez y el puente de entrada a Luján”, detalló a este medio Nelson Espíndola, integrante del equipo de prensa de la peregrinación. En cada parada, se transmitirá en vivo una bendición y se pide a los fieles que se queden en sus casas.
“La transmisión va a tener intercalados testimonios grabados de personas de todo el país que suelen venir todos los años a peregrinar”, afirmó Espíndola. Entre esas historias está la de Enrique Soros, un argentino que vive desde 1997 en Estados Unidos y viaja todos los años para caminar a Luján o la del párroco Horacio “Titín” della Barca, quien participó de la primera peregrinación en 1975, cuando un grupo de personas caminó hasta la Basílica aún con la ruta llena de autos.
"La gente es muy creativa y descubren que aunque no pueden caminar, ayudan de otra manera”
Además, Espíndola contó que grupos de jóvenes se filmaron preparándose para la peregrinación virtual. “Caminan, hablan de lo que llevan en la mochila, cómo se prepararon”, detalló, aunque esta vez no habrá ampollas en los pies ni puestos de las parroquias que brinden comida y asistencia a los fieles. “Los chicos del Hogar de Cristo, que trabajan con jóvenes con adicciones, van a caminar hasta las sedes del hogar por donde pasa la peregrinación”, añadió Espíndola.
Según Xatruch, “la gente es muy creativa y descubren que aunque no pueden caminar, ayudan de otra manera”. “Hay un grupo que se organizaba todos los años para venir, pero este año se les ocurrió juntar el dinero que habrían usado para el transporte y la comida y donarlo a un comedor”, relató.
“Siempre hay personas que no pueden acercarse a peregrinar y este año todos estamos en igualdad de condiciones -afirmó el presbítero-. (La pandemia) incentivó el tratar de aprovechar las redes sociales, no para reemplazar el contacto cara a cara, pero al menos nos permite vernos. Que sea virtual, no quiere decir que deje de ser real. Sólo es distinto”.
El lema de la peregrinación de este año es “Madre, abrazanos. Queremos seguir caminando”. “El abrazo es aquello que añoramos recuperar, por eso le pedimos a la Vírgen que nos abrace. No para quedarnos acurrucados, sino para crecer con los otros, para pegarle un llamadito a aquel que está desalentado. Cuando peregrinamos, vamos juntos y nos ayudamos, haciendo crecer vínculos fraternos”, concluyó Xatruch.