Científicos de la Universidad de Exeter, Reino Unido, sostienen que el calentamiento global está afectando las temperaturas diurnas y nocturnas de manera diferente. En este sentido, plantean que un mayor calentamiento nocturno es más común que un mayor calentamiento diurno en todo el mundo.
Los expertos estudiaron el calentamiento de 1983 a 2017 y encontraron una diferencia en la temperatura media anual de más de 0,25 grados Celsius entre el calentamiento diurno y nocturno en más de la mitad de la superficie terrestre mundial.
Los resultados revelaron que los días se calentaron más rápidamente en algunos lugares y las noches en otros, pero el área total de calentamiento nocturno desproporcionadamente mayor fue más del doble.
La investigación muestra que esta “asimetría de calentamiento” ha sido impulsada principalmente por los cambios en los niveles de cobertura de nubes. El aumento de la cobertura de nubes enfría la superficie durante el día y retiene el calor durante la noche, lo que conduce a un mayor calentamiento nocturno.
“La asimetría del calentamiento tiene implicaciones potencialmente significativas para el mundo natural”, señaló en un comunicado el autor principal, el doctor Daniel Cox, del Instituto de Medio Ambiente y Sostenibilidad en el campus Penryn de Exeter en Cornwall.
“Demostramos que un mayor calentamiento nocturno está asociado con el clima cada vez más húmedo, y se ha demostrado que esto tiene importantes consecuencias para el crecimiento de las plantas y cómo interactúan especies como insectos y mamíferos”, agregó.
Luego, continuó: “Por el contrario, también mostramos que un mayor calentamiento diurno está asociado con condiciones más secas, combinado con mayores niveles de calentamiento general, lo que aumenta la vulnerabilidad de las especies al estrés por calor y la deshidratación. Las especies que solo están activas durante la noche o durante el día se verán particularmente afectadas”.
Los autores examinaron los registros horarios de temperatura, nubosidad, humedad específica y precipitación. A su vez, modelaron las diferentes tasas de cambio de las temperaturas máximas diurnas y mínimas nocturnas, y la nubosidad media diurna y nocturna, la humedad específica y la precipitación.
Además, observaron los cambios en el crecimiento de la vegetación y la precipitación durante el mismo período. De esta manera, el estudio encontró que las diferencias en el crecimiento de la vegetación durante el día y la noche dependían de la lluvia.
El aumento del calentamiento nocturno provocó un menor crecimiento de la vegetación donde llovió más, probablemente debido al aumento de la cobertura de nubes que bloquea el sol. En tanto, el crecimiento de la vegetación se vio limitado por la disponibilidad de agua debido a la menor precipitación donde los días se calentaron más.