Luego del anuncio de las medidas del gobierno que apuntan a limitar la demanda de dólares en un contexto de tensión sobre el mercado de divisas, el acuerdo generalizado entre los analistas tiene que ver con la necesidad de aumentar la oferta de dólares. En esa línea, el gobierno presentó el plan de promoción comercial entre Brasil y Argentina para el bienio 2020-2022, que apunta a diversificar e incrementar la participación de bienes y servicios argentinos en el mercado brasileño a fin de equilibrar una balanza comercial históricamente deficitaria.
El plan se sustenta en un trabajo de inteligencia comercial entre la Cancillería y la embajada argentina en Brasil y la red de consulados, y fue presentado en una conferencia virtual por Jorge Neme, secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería; y Pablo Sívori, subsecretario de Promoción del Comercio e Inversiones, ante casi 300 empresarios y diferentes autoridades de Comercio Exterior provinciales. El embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, también participó del anuncio de manera remota desde el país vecino.
Propuestas de acción
El plan contempla 200 propuestas de acción, que incluyen misiones comerciales, eventos de posicionamiento, ferias y eventos de inversiones para promocionar más de 24 productos de 12 sectores. La embajada los identificó luego de hacer un cruce entre la demanda potencial del mercado brasileño, que supera los 2.500 millones de dólares, y la oferta exportable del sector privado argentino.
La mayor cantidad de acciones de promoción se concentran en los sectores de alimentos (procesados, papas preparadas, complementos alimenticios y helados artesanales); vitivinícola (vinos y mosto de uva a granel); turismo y servicios basados en el conocimiento.
El plan contempla también misiones para aumentar la oferta exportable de los sectores de autopartes, agronegocios (fertilizantes e insecticidas), plásticos (polietileno, policloruro de vinilo), energía, olivícola (aceite de oliva y aceitunas), cárnico, legumbres y arroz, maquinaria agrícola, máquinas para la industria alimenticia e instrumentos médicos.
Las propuestas en relación al aumento de la oferta exportable de servicios basados en conocimiento incluyen esquemas de vinculación privado- privado, público-privado y público-público en los sectores de software, sistemas informáticos y videojuegos; agritech; producción y post producción audiovisual; servicios profesionales; satelitales y cooperación internacional de polos tecnológicos.
Para avanzar con la inserción de bienes de consumo masivo, la Cancillería busca el mercado de regiones no tradicionales de Brasil, como el nordeste y la región amazónica. Con esta lógica, continuarán con la constitución de cámaras de comercio que vinculen a empresarios argentinos con importadores de estos estados.
"Como dirigente empresario, esto nos da muestras de una Cancillería presente y nos da vuelta todo lo que veníamos traccionando en los últimos años y en el que no encontrábamos el eco necesario", mencionó el titular de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli. "Con todo el potencial que tenemos como país y con la cantidad de Pymes que tienen ganas de exportar, si la política nos allana el camino podemos lograr una mejor performance y fortalecer nuestra presencia", aseguró.
Comercio bilateral
Durante el período enero–agosto, el flujo de comercio entre ambas economías se retrajo un 27,9 por ciento alcanzando 10.058 millones de dólares. Este desempeño responde al descenso del 31 por ciento de las exportaciones argentinas hacia Brasil y del 24 por ciento de las importaciones de Argentina desde Brasil.
Neme hizo hincapié en la necesidad de superar "el déficit histórico con Brasil, incrementado en los últimos años". El comercio bilateral tuvo resultado deficitario para Argentina durante quince años, desde 2004 hasta 2018, en los que el déficit acumulado ascendió a 52 mil millones de dólares. El pico máximo fue en 2017, con un saldo deficitario para Argentina de 8 mil millones de dólares, explicado principalmente por el comercio automotriz. Prácticamente la mitad del déficit comercial bilateral acumulado entre 2004 y 2018 se explicó por el saldo deficitario del comercio automotriz bilateral.