Después de seis meses de cuarentena y la ausencia total de espectáculos artísticos en vivo con presencia de público, los eventos culturales en Buenos Aires van encontrando en la virtualidad un territorio de exploración cada vez más interesante para poner en juego la creatividad. Una de esas experiencias es Total Interferencia, un ciclo con programación mensual de teatro, música, circo y danza que se transmitirá íntegramente en vivo desde Galpón de Guevara. “Nos movilizó mucho la idea de encontrarle un diferencial a estar en vivo, que no sea simplemente trasladar lo que hacíamos antes a la pantalla sino proponer algo que genere un atractivo especial para el espectador. Que sea un contenido nuevo, no un premio consuelo”, explica la productora Paloma Lipovetzky sobre este ciclo virtual que se llevará a cabo todos los viernes, sábados y domingos de octubre y noviembre.
Según Lipovetzky, uno de los diferenciales de Total Interferencia es la organización colectiva y colaborativa. “Lo asociativo y la mezcla son el sostén”, resalta la productora sobre el espíritu de la propuesta, que tiene también como fin aportar a la reconstrucción de la cadena de valor de la industria. Los streams se realizarán a través de YouTube, con un link oculto compartido por mail a los espectadores media hora antes de la función. Y las entradas se pueden adquirir en la web de Alternativa Teatral, a través de un sistema de abonos económicos para acceder a una o varias funciones. “La mayoría de los shows fueron creados especialmente para el ciclo. Las obras que no son estrenos, fueron reformuladas”, destaca Lipovetzky. “Y la consigna que le dimos a los artistas es que las presentaciones sean en vivo y que haya alguna instancia de interacción con el público”.
La programación comenzará hoy viernes a las 21 con la obra La verdadera historia de Corina Wilson; seguirá el sábado 3 a las 22 con un concierto del cantautor Lucio Mantel, y el domingo a las 21 con la obra teatral Verme Platelminto, de Gustavo Tarrío, que se podrá ver todos los domingos del mes. En tanto, el viernes 9 a las 21 será el turno del espectáculo de circo y humor Proyecto Migra; el viernes 16 se presentará la obra Molly Bloom (con Cristina Banegas), y el viernes 16 se podrá ver Perrites Malvades, que combina danza y música. “Esta va ser nuestra primera experiencia audiovisual. Entonces, el espíritu está puesto en lo que se ve y la idea es resaltar desde la imagen, con un ritmo delirante, los diferentes números que integran la función”, cuenta la actriz y clown Leticia Vetrano, integrante de Proyecto Migra.
"No deja de ser extraño (el teatro por streaming) o una realidad que no hubiésemos imaginado hace un tiempo atrás", reflexiona Vetrano. "Nosotres decidimos tomarlo como una posibilidad de experimentar con un método diferente. Tratamos de adaptarnos, de no juzgarnos, nos costó tomar la decisión pero nos pareció interesante y divertido experimentar desde el lenguaje audiovisual. Y poder, como artistas, enfrentarnos a esa situación de hacer reír a través de una pantalla, aunque falte la respuesta inmediata del público. La gran mayoría de nosotros nunca trabajó para una cámara. Pero optamos por vivir esta experiencia y ser parte de este momento histórico. De todos modos, no vemos la hora de volver a una sala y de estar cuerpo a cuerpo con el espectador”.
La grilla de música, en tanto, continuará con recitales de Proyecto Gómez Casa (sábado 10), Sol Pereyra (sábado 17) y Axel Krygier (sábado 24), todos a las 22. “Es interesante pensar a los streaming como un continuum donde uno no necesite ese estimulo inmediato que es el feedback del público”, entiende la cantante, compositora y multiinstrumentista Sol Pereyra. “Está bueno pensar estos shows incluso como una pieza completa y más teatral, en donde uno también tiene otra conciencia de cómo se para, qué muestra y cómo juega con esta especie de cuarta pared que en este momento es la pantalla, que se rompe cuando la gente pregunta a través de las redes”, dice Pereyra, quien basará su repertorio en las canciones de su último disco, Resisto (2019), y en material de un nuevo trabajo, Existo, que tiene una búsqueda más electrónica.
“La música tiene un terreno ganado en la virtualidad porque comenzó antes que el teatro”, analiza Lipovetzky en alusión a los conciertos por streaming que se multiplicaron durante las primeras semanas de cuarentena. “La música, además, ya tuvo varias transformaciones. Ya pasó del disco al mp3 y del mp3 a Spotify; ya cambió sus lógicas de producción y de consumo. El teatro no está todavía acostumbrado a eso y creo que no se va a acostumbrar nunca a no ir a la sala. Además, a los artistas y a los productores este contexto nos pone ante el desafío de pensar creativamente cómo transformar y aprovechar este momento para probar cosas nuevas. Y creo que algunas cuestiones estéticas de la virtualidad van a quedar. Está bueno disputarle pantallas a las lógicas mainstream de producción”.