Hoy viernes a partir de las 22, Attaque 77 vuelve a los escenarios, aunque a través de una propuesta adaptada a esta época virulenta. La historia de Attaque x Attaque se llama este show con el que una de las bandas fundamentales del punk argentino celebrará no sólo sus 33 años de trayectoria, sino también su primer streaming propio. “El relato estará hilvanado por la sucesión de temas. Tocaremos canciones que tienen que ver con nuestra historia, pero que hace mucho tiempo no tocamos”, adelanta Leo De Cecco, baterista del trío, acerca de un recital que se podrá ver a través de la página web de la ticketera Livepass. “Al ser en vivo, nuestra idea es hacer tres o cuatro temas, parar e interactuar con el público. Aún no sabemos si será por chat o a través de las cámaras. Estamos terminando de instrumentar porque todo es muy nuevo”. La transmisión apunta asimismo a los fans del grupo fuera del país. “Sabemos que nos verá gente de Colombia, Perú, Chile, México, Uruguay, España y Estados Unidos, donde estuvimos de gira el año pasado”.

-Luego de su traspié técnico en el último Cosquín Rock, en esta ocasión estarán atentos a todos los detalles, ¿no?

-Nos enteramos de que había problemas de conectividad cuando nos bajamos del escenario. De hecho, la transmisión del sábado la pasaron para el domingo. Somos cuidadosos con eso, incluso con la conectividad. A pesar de que dependemos de los detalles técnicos, estamos trabajando para que no se nos corte la transmisión.

-¿Sentís que esta época los encontró bien parados?

-Sí, sentimos que nos agarró bien parados. Hacer un streaming tiene que ver con el hecho de aggionarse a la situación, a lo que está aconteciendo. Es verdad que hay gente de nuestra edad que ya no sale y que quiere ver el concierto desde su casa. Veníamos tocando mucho, como solemos hacer, y ahora le estamos agregando esta tecnología.

-El recital se transmitirá desde Strummer Bar, local que abriste junto a Luciano Scaglione y que se vio afectado por la pandemia. Así que tuvieron que salir a reinventarse también como emprendedores…

-Strummer Bar es un espacio donde todo el tiempo tocaban bandas. Durante la pandemia, tuvimos que reinventarnos y con Luciano (bajista del grupo) le dimos más importancia a la cocina. Nos abocamos a una más de bodegón, de cantina. Nos enseñó a generar otros recursos dentro de lo que es la usina del lugar, porque a la vez tenemos el sistema de compra futura, para que apoyen al bar para cuando se libere todo esto. Le agregamos picadas y pusimos delivery. Nos dio la posibilidad de organizarnos y de rencontrarnos con nuestro público habitual, y hasta con gente del barrio que nunca vino. Así que nos afianzamos y ganamos confianza para desarrollar otras actividades fuera de la actividad cultural que teníamos.

-¿Hicieron otros recitales en el bar bajo el actual protocolo porteño de los streaming?

-Además del de Attaque, el 10 de octubre se presentará Ok Pirámides. Estamos conociendo esto, desarrollándolo y viendo alternativas con diferentes productoras para hacerlo desde Strummer Bar. El local se caracteriza porque en su escenario siempre tocaron bandas emergentes, en su mayoría. Estamos contactándolos e intentando brindarles la mejor propuesta posible.

-En agosto lanzaron el video del single “Soldaditos”, cuyo concepto parece inspirado por la vida en cuarentena. ¿Esa era la intención?

-Se dio así. Lo pensamos más que nada como un video para subir a nuestras redes y tomó otra dimensión. Cuando vimos el resultado, nos dimos cuenta de que se parecía más a un clip. Fue dirigido por Mariano (Martínez, cantante y guitarristas de Attaque) y lo encontramos buenísimo para darle ese sentido dentro de una situación de pandemia total, en la que cada uno grabó desde su casa.

El tema forma parte del último disco de Attaque 77, Triángulo de fuerza (2019), el primero de la banda en cinco años. Pero todos los planes quedaron en suspenso. “Fue un stand by obligado. Teníamos recitales en el exterior y ahora la idea es presentarlo en el 2021”, explica De Cecco, cuyo último recital junto a sus compañeros sucedió a fines de enero de este año en el Teatro Flores. “Triángulo de fuerza nos encontró en una época en la que Attaque pasó a ser un grupo de rock clásico y eso se nota en el repertorio. Hay una temática que va pasando por diferentes estilos. Al igual que ‘Soldaditos’, ‘A cielo abierto’ es un tema que atraviesa diferentes estilos, incluso tiene teclados. Está buenísimo que suceda porque le da otra onda a la canción y lo disfrutamos mucho”. Al mismo tiempo, lo más reciente del trío incluye las colaboraciones de Campino (cantante de Die Toten Hosen) en “Lobotomizado”, y de Peteco Carbajal y del desaparecido Vitillo Abalos en “Canto eterno”. “Fue un honor compartir con Vitillo antes de que partiera de esta Tierra”, dice el baterista.

-Apostaron por los contrastes…

-“Canto eterno” es música popular argentina, pero bien rockeada, mientras que “Lobotomizado” es un hardcore. Están buenos esos contrastes y son diferentes matices dentro de lo que es Attaque 77 en este momento.

-Este año se cumple tres décadas de El cielo puede esperar. ¿Habrá algún guiño a ese aniversario en el streaming?

-También se cumplen veinte años de Radio Insomnio… Attaque 77 es una banda que tiene 18 discos y un montón de canciones. Fuimos creciendo y madurando sobre el escenario. Esos son discos de quiebre, así como Triángulo de fuerza, que nos encuentra como trío. Es el segundo disco en el que no está Ciro (Pertusi, exvocalista) y ya existe un camino recorrido. Son tres situaciones distintas que nos dan un sustento importante.

-Si bien se los nota muy optimistas, ustedes representan a un género que advirtió que esta época iba a llegar, a través de consignas como  “no hay futuro”. ¿Por dónde pasa el punk en esta suerte de distopía?

-Pasa por seguir resistiendo, por seguir jugándosela y por permanecer. Y en nuestro caso en particular, por concentrarnos en la música, que es lo que nos mantiene vivos.

-Mucha gente cree que se volverá a la antigua normalidad, cuando termine la cuarentena. ¿Vos qué pensas?

-Tengo sentimientos encontrados. Me parece que estamos en camino hacia una nueva normalidad, pero si me preguntás cómo va a ser, no tengo ni idea. Lo importante, y a la vez lo más difícil, es adaptarse a ella. Hace seis meses que estamos adaptándonos y viendo qué pasa.