El senador de Cabildo Abierto y socio de la coalición de derecha que gobierna Uruguay, Guido Manini Ríos, respira aliviado. A última hora del miércoles la Cámara Alta no accedió al pedido de desafuero del excomandante del Ejército entre 2015 y 2019, acusado de omitir la confesión del represor José Nino Gavazzo. En 2018, Gavazzo se refirió en un Tribunal de Honor a la desaparición y muerte del dirigente tupamaro Roberto Gomensoro durante la dictadura cívico-militar uruguaya (1973-1985). El fiscal Rodrigo Morosoli había pedido en noviembre de 2019 que se levantaran los fueros parlamentarios de Manini Ríos para poder imputarlo por no haber denunciado ante la Justicia la confesión de Gavazzo. La impunidad del senador de ultraderecha es una muestra de lo mucho que falta avanzar en políticas de memoria, verdad y justicia en Uruguay. El excomandante del ejército es un activo defensor de represores que hace apenas un mes llegó a presentar un proyecto en el Congreso para reinstalar la Ley de Caducidad, normativa que impidió durante años enjuiciar a militares y policías por su rol en tiempos dictatoriales. "Manini debe declarar ante la justicia. Si cometió un crimen tiene que pagarlo como cualquier hijo de vecino", sostuvo Ignacio Errandonea, integrante de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, en diálogo con Página/12.
La hoz y el martillo
Si bien no hizo declaraciones luego de la votación del miércoles, Manini Ríos se dedicó a burlarse del Frente Amplio a través de su cuenta de Twitter. Planteó que la alianza de izquierda "renunció a construir un auténtico proyecto nacional tras la pantalla de la defensa de los derechos humanos, se dedicó a hacer negocios y mantener prebendas para su círculo cerrado". El senador de Cabildo Abierto se había dirigido el miércoles a la Cámara Alta para defender su actuación en el caso Gavazzo. "Creo que los integrantes del Tribunal de Honor hicieron exactamente lo que había que hacer", indicó en su discurso de 60 minutos. Manini Ríos realizó además un viaje en el tiempo al criticar a quienes "izaron la bandera con la hoz y el martillo, la bandera soviética a la sombra de la cual decenas de millones de personas pagaron con su vida la lucha por la libertad".
Mientras esto ocurría en el interior del Palacio Legislativo, alrededor de un centenar de personas convocadas por Madres y Familiares de Desaparecidos se concentraban afuera para pedirle al Parlamento que envíe "una señal clara de que la justicia debe actuar en todo momento". La movilización cobró más trascendencia luego de que Manini Ríos culpara a los familiares de desaparecidos de ser "prisioneros de ese odio que los ha movido toda la vida". Ignacio Errandonea, hermano del desaparecido Juan Pablo Errandonea y presente en la movilización, le respondió: "Es más de lo mismo. Es un tipo que está educado en la doctrina de la seguridad nacional, que divide entre los amigos y los enemigos. Dice que todo el que es crítico es un enemigo. Piensa que nosotros somos como él, pero no lo somos".
El Frente Amplio aportó 13 de los 15 votos a favor del desafuero de Manini Ríos. No fue suficiente para la necesaria mayoría de dos tercios. Tal vez el discurso más esperado de la maratónica sesión del miércoles era el del expresidente y actual senador José "Pepe" Mujica, que habló al filo de la medianoche. "No me gusta toquetear los fueros con respecto a los votantes, pero es una cuestión táctica. Y menos me gusta en la política victimizar porque a la larga la victimización es un formidable negocio", arrancó diciendo. Con Manini Ríos todavía presente en la sala, el expresidente le dijo: "Comandante, general, senador, se nos va el tiempo de la vida, vamos quedando demasiados pocos de aquellos años, no le pido justicia, le pido que arrime verdades". Luego de la votación en el Senado, el Frente Amplio emitió una declaración en la que manifestó su "convencimiento" de que en este caso "corresponde hacer lugar a la formación de causa y suspensión en las funciones del señor senador Guido Manini Ríos para quedar a disposición de la Justicia".
El crimen de Gomensoro
La confesión del coronel retirado José Nino Gavazzo sobre el asesinato del dirigente tupamaro Roberto Gomensoro salió a la luz después de que en 2019 se publicaran actas del Tribunal de Honor del Ejército en las que había documentos que incluían las declaraciones del exmilitar. Gomensoro fue detenido en su casa de Malvin el 12 de marzo de 1973 y luego trasladado al cuartel de Artillería Nº1. Su cuerpo apareció en la zona de Rincón del Bonete, en Tacuarembó, el 18 de marzo de ese mismo año, cubierto con una malla de alambres y piedras que no fue suficiente para hundirlo en el agua. El primero en dar a conocer el contenido de las actas que revelaron el horror de ese crimen fue el periodista Leonardo Haberkorn, a través de un artículo en El Observador . "Hasta ese momento nada se conocía de lo confesado por Gavazzo en el Tribunal de Honor, ni tampoco de las acusaciones que sobre él realizó en el mismo tribunal el coronel Jorge Silveira", aseguró Haberkorn en diálogo con este diario.
Manini Ríos, por entonces comandante en jefe del Ejército entre 2015 y 2019, omitió denunciar las macabras confesiones de Nino Gavazzo. Para el autor de "Gavazzo. Sin Piedad", que el senador de Cabildo Abierto sostenga que no se produjeron novedades en el Tribunal de Honor investigado resulta "asombroso". "La verdad es que no todo se sabía ni se sabe. Lo nuevo es la confesión de Gavazzo de que él mismo tiró el cuerpo al río Negro. Pero hay otra novedad: la versión que da Gavazzo respecto a que fue el propio general Esteban Cristi, jefe de la Región Militar I, uno de los principales generales de la dictadura, quien le ordenó desaparecer a Gomensoro. O sea, se plantea el tema de la responsabilidad institucional del Ejército en las desapariciones, y no de un puñado de oficiales", planteó Haberkorn.