“Estamos todos en el mismo barco”, dijo el ministro Martín Guzmán extendiendo los brazos hacia sus costados, donde se sentó una parte nada despreciable del establishment. Una postal que incluyó a industriales, constructores, empresarios mineros y exportadores de cereales. Todos sectores que ya venían trabajando con el Gobierno Nacional en diferentes frentes para sacar medidas de fomento a sus actividades.
El único ausente, el campo de producción primaria que representa la Mesa de Enlace, que se mostró en queja por un paquete de medidas que creen no los favorecen, aun cuando se reducen las retenciones facilitando la venta futura de productores. Ese faltazo expuso aún más la grieta que se abrió entre la Mesa de Enlace y el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), entre un campo belicoso y otro negociador.
Visto en términos políticos, la foto del anuncio plantea dos ejes: el primero, que el Gobierno considera que hay que repensar el modelo rural para transformarlo en una industria que exporte valor agregado en lugar de granos; el segundo, que el Ejecutivo que conduce Alberto Fernández está abierto a esquemas de trabajo público-privado con aquellos sectores que, con habilidad, se dieron cuenta que la mejor forma de conseguir incentivos sectoriales es haciendo política y sentándose en la mesa chica del Frente de Todos con propuestas.
Entre los empresarios que se subieron al barco aparecieron Miguel Acevedo (UIA), José Martins (Bolsa de Cereales y CAA); Miguel Rodríguez (UIA-Sinteplast); Gustavo Idigoras (CIARA CEC y CAA), Iván Szcech (Cámara de la Construcción); David Uriburu (UIA-Techint); y Alberto Carlocchia y Eugenia Sampalione, presidente y vice de la Cámara de Empresas Mineras (CAEM).
En la previa al anuncio, los funcionarios les adelantaron las medidas en una charla en el Salón de las Mujeres de Casa Rosada, en algunos casos, no es todo lo que habían pedido, como el caso de la construcción, pero fueron bien recibidos los puntos explicados.
Los que más ganaron en el reparto fueron los del Consejo Agroindustrial. En tiempo récord, se reunieron con Cristina Fernández de Kirchner, con el Presidente, con el titular de Diputados, Sergio Massa, y colaron con anuencia oficial un proyecto de Ley al que el Gobierno se abraza fuerte: incentivar la exportación de alimentos con valor agregado para que esa sea una boca nueva de acceso de dólares, la única con potencial propio más allá del crudo de Vaca Muerta.
Esa norma es un juego conveniente para ambos cuando las reservas del Banco Central precisan refuerzo. Así, el ministro Guzmán les cumplió otro deseo. Los convocó a dialogar de esa norma el próximo 14 de octubre, luego de que el texto consiguiera el visto bueno de Fernández y CFK. El caso de los mineros, por su parte, responde a contener y dar marco de calma a un sector que invierte fuerte y también deja divisas, como el de la energía.
Parte de la reacción defensiva del campo primario, los productores de la Mesa de Enlace, es una respuesta no solo al avance del CAA sino a la visión conjunta de salir de la primarización. En el paquete de medidas hay una baja en las retenciones a la soja que, aunque temporal, pasa a 30 por ciento. No favorece al que ya vendió, pero sí a los que aún lo harán de acá a fin de año. Naturalmente, le genera un beneficio a la agroindustria, que ya descontó el 33 a productores y venderá al 30. Pero el pedido del ruralismo siempre fue bajar retenciones.
Ese segmento del campo parece seguir en pie de guerra. Cerca del mediodía, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, llamó por teléfono al titular de Sociedad Rural, Daniel Pelegrina, que se negó a asistir. Justo después del anuncio, Carlos Iannizzotto, titular de Coninagro, se quejó de las medidas en Twitter. Los otros dos dirigentes de la Mesa de Enlace, Jorge Chemes de CRA y Carlos Achettoni, de Federación Agraria, se excusaron por estar en el Interior, pero tampoco apoyan la medida. Lo de FAA es curioso, porque según consignó el ministro de Agricultura, Luis Basterra, casi cuatro de cada diez productores recibirán beneficios no solo por retenciones sino estímulos a pequeños y cooperativas. Por último, consultado por la ausencia de Pelegrina en el acto, prefirió no especular y aseguró que el diálogo con esos sectores está abierto.