En el mismo camino que ya recorrieron el primer ministro británico Boris Johnson y el presidente brasilero Jair Bolsonaro, sus compañeros de ruta en la denigración de las medidas de cuidado frente a la pandemia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en la madrugada de este viernes que él y la primera dama, Melania Trump, han dado positivo al test por coronavirus.
"Esta noche, la primera dama y yo hemos dado positivo por COVID-19. Empezaremos nuestro proceso de cuarentena y recuperación de inmediato. ¡Juntos lo superaremos!", dijo Trump en Twitter.
El anuncio llega después de que Trump pasó meses minimizando la gravedad del brote que ya mató a más de 207.000 estadunidenses y apenas una horas después de asegurar que "el fin de la pandemia está a la vista".
En un comunicado posterior, el médico presidencial, Sean Conley, detalló que "el presidente y la primera dama están bien en este momento y planean permanecer en su hogar en la Casa Blanca durante la convalecencia".
Melania Trump, precisamente, también dijo que tanto ella como su esposo se encuentran bien.
"Como demasiados estadounidenses este año, el presidente y yo estamos en cuarentena en casa tras dar positivo por COVID-19. Nos sentimos bien y yo he pospuesto todos mis compromisos próximos. Por favor, asegúrense de tener cuidado y todos juntos lo superaremos", afirmó.
El contagio puede provocar complicaciones severas en la campaña del Presidente contra su rival demócrata, el exvicepresidente Joseph Biden, a solo 33 días de las elecciones del 3 de noviembre. Incluso si Trump permanece asintomático, tendrá que retirarse de la campaña electoral y permanecer aislado en la Casa Blanca por un período de tiempo todavía desconocido ya que si empieza a tener síntomas, la recuperación completa puede llevar varias semanas.
Trump se negó durante meses a mostrarse en público con barbijo, y hasta llegó a burlarse de Biden por hacerlo. Con las encuestas dándole la espalda, el Presidente multiplicó los actos de campaña, donde no se toman muchas de las medidas de cuidado más elementales. Su contagio se encargará de recordarle todo esto a los votantes.
Sin embargo, el peor efecto que puede tener su enfermedad en lo que queda de la campaña es poner su gestión del coronavirus en el centro de la discusión, algo que según todos los sondeos la mayoría de los estadunidenses creen que ha sido realmente lamentable. Todos los esfuerzos de Trump en los últimos tiempos estuvieron dirigidos a conseguir que el debate se concentrace en la violencia racial, la composición de la Corte Suprema y el peligro del "socialismo" de Biden.
¿Cómo se contagió?
Trump y su esposa se hicieron la prueba después de que este jueves se conociese el positivo de una de las más cercanas asesoras del mandatario, Hope Hicks.
Hicks, de 31 años, viajó varias veces esta semana a bordo del Air Force One junto a Trump, la última este miércoles a Minesota, donde el mandatario tenía un mitin de campaña. También viajaron juntos el martes a Cleveland (Ohio) para el debate presidencial y el sábado a Pensilvania a otro mitin.
Medios estadounidenses informaron que la asesora experimentó síntomas de coronavirus en el vuelo de vuelta a Washington desde Minesota, fue puesta en cuarentena en el avión presidencial y este jueves se confirmó su positivo por COVID-19.
A Hicks se la vio sin mascarilla en distintos momentos de estos viajes, lo mismo que Trump, que no usa tapabocas en público.
Trump reconoció su positivo por coronavirus dos horas después de anunciar que él y la primera dama iniciaban un "proceso de cuarentena" debido al positivo de Hicks.
"Hope Hicks, que ha estado trabajando muy duro sin siquiera tomarse un pequeño descanso, acaba de dar positivo en COVID-19. ¡Terrible! La primera dama y yo estamos esperando los resultados de nuestras pruebas. Mientras tanto, ¡comenzaremos nuestro proceso de cuarentena!", dijo el mandatario.
Tras confirmarse el positivo, la Casa Blanca modificó la agenda de Trump para este viernes al suspender los actos que tenía previstos fuera de la Casa Blanca, que incluían un encuentro con simpatizantes en su hotel de Washington y un mitin en Sanford, cerca de Orlando (Florida).