Luz Aimé Díaz, la joven trans que pasó dos años presa por un delito que no cometió, fue absuelta este viernes por el Tribunal Oral Criminal Nº 8 de la Ciudad de Buenos Aires, que ordenó su inmediata liberación y el retiro del dispositivo electrónico. La acusación era por tentativa de homicidio.
La joven estuvo ocho meses detenida en el Complejo de Ezeiza y desde abril de 2019 cumplía con arresto domiciliario en el Hotel Gondolín, donde residía previo a su detención, otorgado por cuestiones de salud.
"Se requiere valentía y amor y tomarse en serio tu trabajo para retirar una acusación en el alegato. Más aun cuando hay la vida de una compañera en juego. La vida de una compañera trans. Gracias fiscal Luz Castany, Luz Aimé Díaz y Comisión. Hoy gritamos #Absolución para Luz #Furia", escribió Luciana Sánchez, abogada de Luz Aimé Díaz.
La fiscalía, a cargo de María Luz Castany, pidió la absolución de Luz al señalar la violencia estructural y las situaciones de vulnerabilidad a las que son expuestas las personas pertenecientes al colectivo travesti y trans.
En ese sentido, señaló que “es poco verosímil que haya sido coautora de los hechos por los que se la imputa” y que, por lo tanto, correspondía que el Tribunal dictara su absolución. Además, detalló las distintas formas de violencia institucional que sufre el colectivo travesti y trans.
"Agradecemos al inmenso trabajo del equipo técnico legal, con Luli Sánchez a la cabeza, y el esfuerzo y acompañamiento de la militancia. Celebramos también la incorporación de la perspectiva de género de la fiscal María Luz Castany", informaron desde la Campaña por la Absolución de Luz Aimé.
La historia de Luz
Luz es una mujer trans que vino a Buenos Aires desde Salta en 2017 y se instaló en Hotel Gondolín, con el objetivo de estudiar en el Bachillerato Popular Travesti Trans Mocha Celis.
En julio de 2018 fue detenida por un hecho que no cometió, en un accionar que la criminalizó por ser una mujer trans, migrante y pobre. La acusaban de haber participado del robo e intento de asesinato de un hombre gay en un departamento del barrio de Palermo, donde había ido como trabajadora sexual. Ella había asistido al domicilio contratada por otros dos hombres, que serían los verdaderos responsables de la agresión.
Antes de su paso por ese lugar, esos hombres habrían maniatado, golpeado y ultrajado a un hombre gay de 50 años, que fue encontrado semi consciente tres días después y logró sobrevivir al ataque. Dos meses después, Luz fue detenida en la parada donde trabajaba, sin prueba alguna, al ser señalada como responsable del hecho.
En distintas oportunidades, la joven explicó que ella no presenció nada, que el día que fue al departamento estaba todo oscuro. Además, a raíz de un ataque transodiante que sufrió cuando tenía 13 años, Luz perdió gran parte de su visión.
Violencia estructural contra la población LGBTIQ+
El colectivo LGBTIQ+ es violentado de forma permanente. El Observatorio Nacional de Crímenes de Odio LGBT+ presentó su informe del primer semestre del año, que reveló que hubo 69 delitos en donde la orientación sexual, la identidad y la expresión de género de las víctimas fueron utilizadas como pretexto discriminatorio para la vulneración de derechos y la violencia.
El 78 por ciento de las víctimas son mujeres trans (travestis, transexuales y transgéneros), el 16 por ciento varones gays, el 4 por ciento lesbianas y el 2 por ciento varones trans, detalló el informe.
De todos los crímenes de odio de este semestre, "el 46 por ciento de los casos (32) corresponden a lesiones al derecho a la vida, es decir son asesinatos, suicidios y muertes por ausencia estructural del Estado", señaló el observatorio.