La triste noticia de la muerte de la referenta trans Vanesa Sander trajo consigo el recuerdo de quien desde los años 80 militó por el cuidado y protección de la comunidad trans en Salta. El 17 de septiembre había cumplido 50 años y una semana después cayó internada en el Hospital Público Papa Francisco por un cuadro de neumonía aguda. El miércoles sufrió dos infartos, no pudo soportar el segundo y falleció.
Salta la conoció en los años 80. Tenía cerca de 13 años cuando llegó a las calles por la única salida que tenían las travestis en ese tiempo, y hoy también, la prostitución. Lo hizo de la mano de la reconocida Pocha Escobar y “era la nueva camada” en la provincia, contó a Salta/12 su amiga y referenta de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTTA) en la provincia de Salta, Mary Robles.
“Nos conocimos de muy chicas y ella trabajaba en la calle”, dijo Robles, quien recordó que el 17 de septiembre Vanesa cumplió 50 años. Con una diferencia de 9 años entre ambas, Mary dejaba las calles para dedicarse a su peluquería, mientras que Vanesa ingresaba en ellas.
Robles recordó que ese nuevo grupo que se había formado era “más moderno”, “tenían otra mentalidad” y “eran más guerreras que nosotras”, lo que las hacía más aguerridas a la hora de enfrentar la persecución por parte de las fuerzas de seguridad y de la sociedad en general. "Se defendían con firmeza diciendo que eran trans", enfatizó.
Para ese tiempo la comunidad trans creció un poco más en la provincia y los cambios también se daban en los “cuerpos frescos” de las chicas, describió Robles en referencia también a la inclusión de nuevas prótesis. “Trabajaban y no le tenían miedo a nada”, memoró.
Sin embargo, la constante persecución policial, que en ese tiempo podía se motivo para permanecer casi 90 días en la cárcel, la llevó a migrar, al igual que muchas mujeres trans. “Terminó yéndose a Buenos Aires. No era fácil ser lo nuevo y tener una vida como cualquier persona. Nosotras ya éramos transgresoras para esa época y nos llevaban presas por ser trans”, contó Robles. A partir de ese viaje Vanesa se convirtió en “errante”.
Cuando se fundó la agrupación artística Los Caballeros de la Noche, en 1984, ella “iba y venía”, ya que quería mucho ese espacio. “Aparecía para los corsos y se volvía a ir”, rememoró su amiga, quien destacó que para ese entonces Vanesa ya se había convertido en la mujer de sonrisa alegre y de humor particular.
Ambas se fueron en 2004 a Europa y convivieron en Italia, donde Vanesa abrió camino para la comunidad porque fue una de las primeras mujeres trans en trabajar en la calle de día. Vivían en Torvaianica de la comuna de Pomezia en Roma.
Lamentablemente, Vanesa sufrió un choque automovilístico en la ciudad romana ocasionándole fuertes golpes en la cabeza y el rostro, lo que le provocó secuelas hasta sus últimos días. “Podía verte y hablar con vos un día, pero al otro ya no se acordaba quien era esa persona”, resaltó Robles. Aunque siempre se mantenía dispuesta para entablar cualquier tipo de diálogo y pasar horas de charla.
Por el accidente Vanesa fue indemnizada económicamente y decidió retornar a Salta. En su regreso, para 2008, resolvió comprar una casa en la calle Zabala y pasaje Ceballos, que hoy tiene en su puerta una foto de Vanesa acompañada de flores, mensajes y la bandera de la diversidad.
“Hizo la vivienda y quería tener un fondo lleno de habitaciones para poder recibir a las chicas”, contó Robles. Hoy la casa está habitada por diez mujeres que están pasando el aislamiento obligatorio por padecer coronavirus. Sin asistencia estatal, son las militantes de la comunidad quienes le acercan los alimentos diarios.
La furia Sander, imposible de apagar
Cuando Vanesa se radicó finalmente en Salta, el tiempo la encontró con otros gobiernos nacionales. Se unió a las luchas y peleó y conquistó la ley de Matrimonio Igualitario y de Identidad de Género. "Ella es una histórica de luchas del movimiento travesti trans en Salta", dijo María Pía Ceballos, actual coordinadora del área de Promoción de Empleo para Personas Trans del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación.
Pía la conoció en una reunión que organizó Mary Robles donde estuvo la histórica activista trans, Claudia Pía Bauraco. "Yo era una travesti nueva y me apegué a sus brazos. Para mí fue como esa segunda madre, muy parecida a la tía Encarna", recordó. Aún con la tristeza por su partida, dijo que Vanesa nunca estaba sola, "siempre con las chicas y nosotras con ellas".
Resulta imposible no describirla con su humor exquisito y su gran corazón porque "abrazó a todas las maricas, como nos decía ella", contó Ceballos. "Yo veo en vos una mariposa guerrera", era algo que siempre les decía a las chicas que se le acercaban.
Vanesa amaba a Lohana Berkins. Y cuando Berkins partió en 2016, Vanesa usó para su velorio su mejor vestido. "El del carnaval", dijo Pía. "Había muerto su amiga y había que despedirla con cumbia, copeteo y entre las lagrimas", agregó.
Fue siempre incansable la lucha de Vanesa contra la violencia y persecución policial. Ceballos dijo que las comisarías 9 y 12 de la ciudad de Salta podían dar fe de ello porque la "conocían bien". "No se movía hasta que liberaban a todas las compañeras presas" y lo hacía con mucha furia travesti.
"La vida nos encontró juntas marchando, en las comisarías, en los velorios, en los carnavales, y sobre todo, luchando", manifestó Pía Ceballos. Hasta sus últimos días, militó por el cupo laboral travesti trans.
Primavera de los carnavales
Corsos y Vanesa no se pueden separar y quizás Salta la recuerde siempre por cada una de sus actuaciones. "Era la primavera de los carnavales", recordó Pía.
"Su figura era íconica en los corsos salteños", dijo Natalia Gil, integrante de la Cátedra abierta Lohana Berkins. Ella la conoció en el corsodromo aún cuando estaba Lohana. Y uno de los últimos recuerdos que guarda junto a Vanesa se sitúa a fines del año pasado en la muestra del Archivo de la memoria LGBTIQ de Salta. Ese día a Vanesa se le realizó un homenaje.
Desde la Cátedra "hicimos una pintura gigante de ella, que la hizo Alexander Guerra y que estuvo expuesta frente al edifico (del Museo Histórico de la Universidad Nacional de Salta). Vanesa estaba muy emocionada por eso y estuvo muy feliz esa noche", dijo Gil.
Sol Ferrario, también integrante de la Cátedra, habló de la importancia de Vanesa en los corsos, no solo era por ser parte de las viejas camadas de Los Caballeros de la Noche, "sino porque era muy alegre y animosa". "El corso para ella era una fiesta y había que transmitir esa alegría", expresó.
La referenta trans y funcionaria de la Agencia de Mujeres, Géneros y Diversidad de Salta, Victoria Liendro, contó que en su caso, Sander le insistía en que se anime a salir en los corsos. "Este año también me lo dijo y me animaba para que lo haga aunque sea por una única vez en mi vida", añadió.
Para Liendro, esto se debió a que "el corso ha sido un lugar donde a muchas de las chicas trans se nos ha permitido visibilizarnos". Vanesa fue muy querida en todos los ámbitos que transitó y por eso, consideró que se fue un ícono de la comunidad salteña. "Nuestra compañera Vanesa Sander, que vuelve muy alto", finalizó.