Este fin de semana ha crecido la incertidumbre respecto a la salud del presidente estadounidense Donald Trump. Sus equipos políticos y su médico envían mensajes contradictorios sobre el estado actual del mandatario, quien, al igual que su esposa Melania, anunció la semana pasada que había dado positivo por coronavirus.
Desde los medios de comunicación estadounidenses manifestaron su preocupación por los mensajes contradictorios a un mes de las elecciones presidenciales.
Fuentes cercanas a Trump dijeron que el mandatario, quien está hospitalizado desde el viernes en el Centro Médico Militar Walter Reed en Maryland, había recibido oxígeno suplementario y experimentó dificultad para respirar. Esto contradice las declaraciones realizadas por el médico del jefe de la Casa Blanca y los pronósticos optimistas que circularon en redes sociales.
El médico de la Casa Blanca, Sean Conley, brindó el sábado un parte médico sobre la salud del presidente y dijo que ese día no había recibido oxígeno, pero no dijo si el mandatario había necesitado en algún momento asistencia respiratoria. Conley sugirió que Trump habría necesitado oxígeno durante el viernes. “Ayer (por el viernes) con el equipo (médico), mientras todos estuvimos ahí, no recibió oxígeno”, declaró.
Conley también sumó a la confusión cuando afirmó que Trump había sido diagnosticado el miércoles, no el jueves, como había informado la cuenta oficial de la Casa Blanca. Después, el médico emitió una declaración en la que aseguró que se había equivocado.
"El presidente Trump continúa evolucionando bien, habiendo logrado un sustancial progreso desde el diagnóstico, aunque aún no está fuera de peligro, el equipo sigue siendo cautelosamente optimista", añadió.
Por su parte, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, dijo a los periodistas que los signos vitales de Trump son preocupantes y advirtió que las próximas 48 horas serían fundamentales para ver la evolución del estado de salud del presidente.
Trump, enojado con Meadows, le pidió a su abogado Rudolph Giuliani -exalcalde de Nueva York- que emitiera una declaración en su nombre diciendo que se sentía bien.
Además, el presidente estadounidense decidió publicar un video en sus redes sociales en el que aseguraba que “no se había sentido bien” pero que ahora estaba “mucho mejor”. Aunque sí admitió que los próximos días serían clave para su salud.
En el video de cuatro minutos, Trump dio una explicación por su conducta, aunque no aclaró si se refería a su decisión de acudir al hospital o a haber seguido con la campaña presidencial a pesar de la pandemia. “No tuve opción -aseguró-. No me quería quedar en la Casa Blanca. No puedo estar encerrado en una habitación a salvo y decir ‘que pase lo que tenga que pasar’. No puedo hacer eso. Tenemos que confrontar los problemas”.
También agradeció a su equipo médico y elogió los tratamientos de vanguardia que recibe, comparándolos con "milagros que vienen de Dios". Trump estaría siendo tratado con remdesivir, un antiviral que ha sido testeado en algunos pacientes con coronavirus. Ni los médicos ni los voceros de la Casa Blanca explicaron por qué el presidente estaba tomando un medicamento experimental si su progreso era satisfactorio.
Ivanka Trump, la hija del mandatario, publicó en su cuenta de Twitter una foto de su padre trabajando en un intento de demostrar que su estado de salud es bueno. "Nada puede impedirle trabajar para el pueblo estadounidense. ¡IMPLACABLE!", escribió.
La información del gobierno estadounidense ha sido confusa durante toda la semana. Hace días se filtró que la exdirectora interina de Comunicaciones de la Casa Blanca, Hope Hicks, tenía coronavirus y se cree que es quien contagió a Trump y a la primera dama.
Tampoco se conoce quiénes son las personas que tuvieron contacto estrecho con el presidente y su esposa. La administración de Trump se ha caracterizado por no respetar el distanciamiento social y cuestionar el uso de barbijos durante la pandemia que causó más de 200 mil muertos en Estados Unidos. Incluso, durante el debate presidencial, Trump se burló del candidato demócrata, Joe Biden, por usar barbijos en la campaña.