No fue un partido más. No puede serlo un choque que inaugura una nueva rivalidad, más aún cuando los adversarios lucen los escudos del Real Madrid y del Barcelona. Los dos gigantes del fútbol español comenzaron una nueva era en la historia de los Clásicos también en femenino, dada la esperada apuesta del club blanco su equipo de mujeres.
Con pocas horas de vida, la Primera Iberdrola le está dando la bienvenida esta temporada al proyecto del Real Madrid. Con más horas de vuelo están las catalanes, que se sumaron a la estructura del Barcelona en 2002 y que abogaron por el profesionalismo. Y esa diferencia quedó expuesta en el primer clásico de la historia, con un lapidario 4-0 como visitante en el campo de la ciudad deportiva de Valdebebas.
No hay nada que objetar a los méritos de las ganadoras. Combinaron paciencia y ambición para dominar a sus rivales. Incluso, la arquera madridista Misa Rodríguez se lo puso más difícil de lo que refleja el marcador, más allá del gol en contra que se hizo en el minuto 54. Patri Guijarro, la neerlandesa Lieke Martens y Alexia Putellas sellaron el resultado, más decoroso que el 9-1 o el 0-6 con el que el Barcelona sometió en la temporada pasada al CD Tacón, el proyecto del que brotó este Real Madrid. Así las catalanas dejaron en clara que son favoritas a reeditar el título que lograron la temporada pasada y se quedaron con el primer clásico de la historia.
El estreno de Correa
Vanina Correa, arquera de la Selección Argentina, tuvo su debut como titular en el Espanyol de Barcelona, con una derrota como local por 2-0 ante el Atlético de Madrid. La venezolana Deyna Castellanos y la brasileña Ludmila anotaron los goles de las vencedoras, que fueron claramente superiores y obligaron a Correa a tener muchísima actividad en su primer encuentro en la Primera Ibradrola.
A sus 37 años, Correa dejó San Lorenzo en la Liga Argentina para probar suerte en el fútbol español, donde es compañera de Leticia Sevilla Bulfoni.