El viento frío en Guernica azota las casillas. El sonido del plástico que protege las casas en el predio del municipio de Presidente Perón donde la gente reclama vivienda se hace constante. "Venimos de años de abandono. La mayoría son familias de la zona que comparten el terreno. Sabemos que es un problema estructural sobre el que estamos trabajando. Logramos acordar con muchas familias que volvieron a sus casas y el lunes reanudamos la mesa de trabajo con las organizaciones", explicó el ministro de Desarrollo Comunitario, Andrés Larroque. En el terreno tomado, María, con su hijo en brazos explicó que "no pude pagar el alquiler y me desalojaron", una de las razones que afecta a muchas de las personas que piden un pedazo de tierra.
"Hace veinte años que estoy en Guernica. Esto lo hacemos porque que sea pobre no quiere decir que sea menos", aseguró Noelia, integrante de una de las familias que fueron a la toma para reclamar vivienda. Vive a unas cuadras del predio tomado. En su terreno, en la parte de adelante vive su cuñado y la suya está unos metros más atrás. "En el 2015 se me quemó la casilla donde vivía con mi esposo y en ésta nos arreglamos", asegura señalando la casita de madera con piso de tierra adentro. Con 32 años y cinco hijos, señala el suelo húmedo y cuenta que "cuando llueve nos vamos a dormir a la casa de Ezequiel", de 18 años. Está frente a la suya, a dos metros de distancia, y un poco mejor preparada para una tormenta. "Tenemos derecho a vivir mejor", apuntó rodeada de los voluntarios del ministerio de Desarrollo con la Comunidad que asisten a las familias que acordaron retirarse de la toma.
El caso de Noelia es uno de los cuatrocientos que firmaron el acuerdo. "Mi marido falleció hace diez meses y todo se hizo mucho más difícil", relató sentada en una silla en el frente de su casa triste pero sin quebrarse. Además, explicó que sufre una enfermedad y que hacía meses no tomaba los retrovirales por falta de recursos. "Trabajé toda mi vida y lo voy a seguir haciendo. Pero cada día es más complicado", resaltó mientras su nieta de dos años Xiomara se ríe a carcajadas jugando con los hijos de su abuela que hacen picardías en medio de las visitas.
El municipio cambió su fisonomía normal por el conflicto por la tierra. Entre las carpas del gobierno provincial, Larroque se instaló para seguir de cerca la toma y para acercar propuestas que la destraben. "Presidente Perón es uno de los tres municipios que más creció demográficamente en los últimos veinte años. Este es un tema que es estructural y que se agravó con la política del gobierno anterior", aseguró el dirigente. La respuesta institucional en principio fue cubrir las necesidades básicas de la gente para luego convocar a una mesa de diálogo para acercar posiciones. "Estamos buscando tierras, porque es un distrito que tiene pocas terrenos fiscales. Pero además acordamos con 400 familias que ya se retiraron de la toma y estamos trabajando para mejorar su situación", afirmó Larroque acodado en la mesa en la que un mapa donde está señalizada las tierras en conflicto.
El paisaje que muestra el viaje para llegar a Presidente Perón evidencia parte del conflicto. Una gran cantidad de barrios cerrados van pasando uno tras otro sobre la ruta. Uno tras otros van pasando otra gran cantidad de terrenos cercados en los que en algunos una entrada a medio construir indica que también tiene destino de barrio cerrado, a pesar de que los matorrales crecidos en el terreno muestran que hace tiempo que no hay avances.
La toma de terrenos comenzó el julio y se extendió por dos meses más. Presidente Perón es administrado por la intendenta Blanca Cantero, que proviene del massismo e integra el Frente de Todos. El gobierno bonaerense abordó el conflicto desde el inicio, aunque a algunas de las organizaciones sociales que tienen participación en la toma le plantearon sus diferencias. El funcionario se puso a intentar resolver el problema e intentó poner una oficina en el ingreso al terreno tomado, pero desistió ante la insistencia de las personas que reclamaban. Finalmente la base interministerial de la gobernación se afincó a una cuadra de la municipalidad, donde toman las decisiones y organizan el trabajo. Hay representantes del Polo Obrero, de Barrios de Pie - Libres del Sur, del Frente de Organizaciones en Lucha y del Frente Darío Santillán. También tiene presencia el Movimiento Teresa Rodríguez, la OLP - Resistir y Vencer y el Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social, entre otros.
En la zona donde se instalaron por las familias, el frío se hace sentir. Algunas de las casillas ya fueron abandonadas, pero muchos vecinos todavía resisten. "Estaba alquilando y no pude pagar más terminé en la calle con mis hijos chiquitos. Qué más puedo hacer", señaló María mientras su hijo de casi tres años juega y se divierte entre el polvo que levanta el viento. Su hermano también corre, entran y salen de la casilla de madera y plástico, aunque con un improvisado contrapiso para evitar que se arme barro adentro cuando llueve. A unos metros un grupo de chicos improvisó una cancha de voley y se entretienen cuando empieza a caer el sol. La división del terreno la marca un alambre con guías enterradas en el piso con una entrada.
Dos adolescentes caminan con normalidad por su nuevo barrio. "Vivo con mis papás y tres hermanos. No pudimos juntar para el alquiler y nos desalojaron. Nos vinimos para acá a ver si podemos conseguir un terreno, aunque sea pagando. No tenemos nada", destacó Dylan, de 15 años y el pelo teñido con un mechón rubio cerca de la frente. Su amigo asiente y agrega que su familia "está igual. Queremos vivir un poco mejor", siguiendo su camino a encontrarse con el grupo que armaron en los casi tres meses que lleva la toma. Los delegados están en medio de una asamblea en la que analizan y deciden cómo van a seguir mientras el sol termina de caer.
"Con el censo que pudimos hacer se pudo organizar el trabajo para acercarle alguna solución a la gente. El setenta por ciento de las personas que están en la toma son de Presidente Perón. El resto pertenecen a seis municipios distintos", indicó Larroque al detallar el trabajo que viene realizando con su equipo. El martes pasado el gobernador Axel Kicillof anunció el Plan Bonaerense de Suelo, Vivienda y Hábitat, que aborda el nudo del conflicto en Guernica. "Se creó la Unidad de Tierra y Vivienda que está a cargo de (la ministra de Gobierno) Teresa García. El registro de oferta de tierra es muy importante", destacó el funcionario poniendo el acento en el plan que está pensado para el período 2020-2023. "De las familias que están en la toma, la mayoría son desocupados, el veinte por ciento tiene trabajo informal y el ocho por ciento tiene trabajo. De las cuatrocientas familias que firmaron el acta ya visitamos a doscientas tomando nota de las necesidades que nos plantean para poder acercar soluciones concretas", afirmó el ex diputado nacional.
El conflicto por la toma de tierras fue creciendo desde julio, y fue judicializado. El juez Martín Rizzo había dispuesto el desalojo para el jueves pasado. "Presentamos ante el juez el trabajo que realizamos. Primero fue el censo, después profundizar la información socio ambiental para poder tener un diagnóstico más profundo. Además informamos al juez de los acuerdos firmados, lo que hizo que prorrogara la fecha del desalojo hasta el 14 de octubre", detalló Larroque rodeado por el equipo que encabeza. Por las calles del municipio caminan los voluntarios con las pecheras del gobierno bonaerense para visitar a las familias que se retiraron pacíficamente del terreno en discordia.
"Recomponer la mesa de diálogo es el principal objetivo", destacó el ministro y agregó que "creemos que este lunes (por hoy) podemos volver a reunirnos. También es nuestra voluntad acercar la interministerial a la zona para poder profundizar el diálogo y acercar posiciones con las familias", anticipando algunos de los pasos que van a tomar esta semana.