Cuando parecía que estaba todo perdido, Miami Heat revivió en la noche del domingo en las finales de la NBA con una espectacular victoria de 115-104 sobre Los Angeles Lakers, pese a las ausencias de dos de sus figuras, Bam Adebayo y Goran Dragic. Jimmy Butler, con un triple doble que incluyó 40 puntos, resultó clave para que los Heat reduzcan la desventaja a 2-1. El cuarto encuentro está previsto para el martes.
Con Butler como líder, el conjunto dirigido por Eric Spoeltra tomó ventajas casi desde el inicio del partido y pudo disimular las bajas de dos de sus mejores hombres. Los Lakers, en tanto, sufrieron una mala noche de Anthony Davis, que se cargó rápido de faltas y no tuvo la injerencia en el juego que había tenido en los dos partidos anteriores.
En el tercer cuarto, Miami se escapó en el marcador y llegó a tomar 14 puntos de ventaja, pero los Lakers, de la mano de LeBron James, se fueron acrecando en el resultado. Incluso, cuando arrancaba el último período llegaron a pasar al frente. Sin embargo, entre Butler y el novato Tyler Herro cargaron las ofensivas para neutralizar la levantada rival y llegar con diferencias a los últimos dos minutos. Así Miami se recuperó de las dos derrotas iniciales y evitó la barrida que muchos auguraban tras las dos victorias de Los Angeles.
Butler terminó el duelo con 40 puntos, 10 rebotes y 13 asistencias, bien secundado por Herro con 17 tantos y cuatro rebotes. En Lakers, el mejor fue James, pero sus 25 tantos, 15 rebotes y nueve asistencias no fueron suficientes para evitar la caída.
Butler y LeBron tuvieron un fuerte entredicho en los últimos segundos del partido, cuando el alero de Miami le gritó al astro "están en problemas" porque el resultado ya era irreversible. Sin embargo, los dos jugadores luego minimizaron el hecho. "Se lo dije porque él me había dicho lo mismo en el primer cuarto", explicó Butler. "Me encanta medirme contra él. No sé cuántas veces más voy a poder enfrentar a un competidor tan feroz", elogió por su parte James, que admitió que se fue antes porque estaba frustrado y pensaba que el duelo ya había concluido.