Una mujer de 69 años, residente en el barrio San Cayetano de la ciudad de Fraile Pintado, en Jujuy, ingresó sin vida la madrugada de ayer a una clínica privada. Se informó que presentaba "hematomas en el torax". Familiares suyos denunciaron que era víctima de violencia de género y preventivamente se detuvo a su pareja, un hombre de 77 años de apellido Catalán.
La condición de la mujer fue informada alrededor de las 2.30 de ayer a policías de la Seccional 40 de Fraile Pintado por familiares suyos, que señalaron a su pareja como responsable de una agresión. En la misma casa del barrio San Cayetano los policías detuvieron a Catalán.
Berta Jaramillo fue trasladada de urgencia a una clínica privada de la ciudad de Libertador General San Martín, distante 16 kilómetros, pero llegó ya sin signos vitales. De confirmarse que falleció como consecuencia de una agresión de su pareja, sería el quinto femicidio en la provincia en menos de un mes, desde el 8 de septiembre al 3 de octubre. El portal Jujuy es noticia indicó que el fiscal penal interviniente, Julio Lobo, informó que la autopsia se realizaría hoy.
La novedad de la muerte de Jaramillo impactó de lleno en las organizaciones de mujeres, ya conmocionadas por la sucesión de hechos de violencia de género. Por lo pronto, en Fraile Pintado mujeres autoconvocadas ya comenzaron a organizar una nueva marcha para mañana. Estas mujeres participaron de las movilizaciones que la semana pasada se replicaron en toda la provincia en protesta por el incremento de la violencia machista y también en reclamo de políticas públicas efectivas en contra del flagelo.
La última sucesión de crímenes de odio contra las mujeres comenzó con la joven Cesia Reinaga, que tras días desaparecida fue encontrada muerta en Abra Pampa, el 8 de septiembre.
El 23 de septiembre desapareció la adolescente Iara Rueda en Palpalá, su cuerpo fue encontrado al quinto día en un lugar que el día anterior había sido revisado por vecinos y vecinas.
El 29 de septiembre, en Perico, se encontró el cuerpo de la joven madre Roxana Mazala, quien el día anterior había participado de la marcha por Iara, y el de Gabriela Cruz. Esta última joven, también madre, desapareció el 24 de septiembre, en Palpalá, y su cuerpo fue encontrado una semana después.
En este contexto, las acciones y anuncios del gobierno de Gerardo Morales provocaron más enojo en las organizaciones feministas y del movimiento de mujeres, que reclaman participación en el diseño de las políticas públicas y medidas de emergencia que decida el gobierno.
Y ponen de manifiesto también la falta de formación en perspectiva de género de los integrantes del gobierno provincial, al que le recriminan no haber acompañado los pedidos de ayuda de muchas mujeres y no haber llevado adelante acciones efectivas para buscarlas cuando están desaparecidas. Un ejemplo descarnado de la falta de formación, y de empatía, se vio en el caso de Roxana Mazala, quien fue asesinada por su ex pareja, al que ya había denunciado por hechos de violencia.
Ante su denuncia, no tuvo acompañamiento estatal y a la larga, con escasos recursos económicos y tres hijos pequeños, tuvo que volver a la casa donde estaba su agresor. Frente a esta situación, una vez que se supo de su asesinato, el ministro de Seguridad, Ekel Meyer, afirmó que volvió “voluntariamente”.