El relajamiento social y la reapertura de actividades en París fue de tal magnitud que la capital francesa volvió a ser declarada en estado de alerta máxima por la expansión del coronavirus. Debido a la dimensión del rebrote, los hospitales quedaron al borde del colapso y el gobierno local decidió el cierre de los tradicionales bares, además del recorte a la mitad de la actividad en las universidades.
El cierre de actividades será a partir de este martes y durará, al menos, dos semanas. "La epidemia avanza demasiado rápido, tenemos que frenarla ahora antes de que el sistema sanitario quede desbordado", afirmó el prefecto de Policía de París, Didier Lallement, en la rueda de prensa en la que se anunciaron las nuevas medidas.
"Acá se vive en libertad y con responsabilidad", había dicho el ex presidente Mauricio Macri para justificar su visita a Francia, en agosto pasado. Como sea, el gobierno francés ordenó que también cerrarán gimnasios y piscinas (salvo para actividades escolares), se prohíben todas las actividades en carpas, y las bodas se limitarán estrictamente al enlace, sin convite posterior.
Los comercios limitarán la asistencia a un cliente por cada cuatro metros cuadrados de superficie. El recorte a la mitad de la asistencia a las universidades y las restricciones en los restaurantes se harán en la capital del país y tres departamentos de sus alrededores. Todos fueron declarados en estado de alerta máxima debido a la presión hospitalaria.
El crecimiento de los casos de coronavirus en París
Este nivel de alerta máxima llega porque la tasa de incidencia del coronavirus en la región de París es de 260 nuevos contagios por cada 100 mil habitantes desde el 28 de septiembre, y además un 36 por ciento de las camas de cuidados intensivos de los hospitales de la zona están ocupadas por pacientes de COVID-19.
En la región hay 203 focos de contagio de la enfermedad.
Las medidas de aislamiento
Las medidas anunciadas incluyen el cierre completo de los bares, mientras que los restaurantes podrán continuar abiertos bajo el "estricto cumplimiento" de un nuevo protocolo sanitario que se va a detallar durante esta jornada.
Las universidades restringirán la asistencia física a sus clases en un 50 por ciento, aunque las autoridades reconocen que el contagio entre estudiantes no se produce dentro de las aulas, sino en contactos sociales.
Todas estas medidas dan a las autoridades "nuevas armas" para continuar la lucha contra el coronavirus, según Lallement, quien recordó que desde hace un mes también es obligatorio el uso de la mascarilla. "Estamos en una nueva etapa. Tenemos que estar a la altura del desafío", recalcó.
Por otra parte, el Gobierno también urgió a empresas y trabajadores a recurrir al teletrabajo en las zonas de Francia más afectadas "siempre que sea posible", según dijo la ministra de Trabajo, Elisabeth Borne, en un comunicado.