Un panadero mató a tiros a uno de los cuatro delincuentes armados que intentaron robarle en el partido bonaerense de La Matanza, en tanto los vecinos redujeron a golpes a otro de los asaltantes, que quedó detenido. El hombre aseguró que está “arrepentido” y que no es un “asesino” sino “un laburante”. La autopsia al cadáver del fallecido reveló que presenta nueve orificios de bala, algunos de ellos de salida.

No se puede explicar nada, ni emoción, nada, no me acuerdo. A mis hijos no los quiero sacar ni a la vereda. Estoy arrepentido de lo que hice, no soy un asesino, yo soy un laburante, no salí a matar, salí a guardar la camioneta. Yo agarré el arma y después la tiré, era mi vida o la de él, yo no soy Dios para decidir”, dijo en la mañana del lunes a la prensa el panadero Gerardo Caivano (36).

El hecho ocurrió este sábado por la tarde en las calles Yanzi y Pita, de la localidad de Rafael Castillo, donde el comerciante de 36 años se encontraba junto a su hijo a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok gris estacionada. En esas circunstancias, según la versión policial, el comerciante fue interceptado por cuatro hombres armados que iban en un auto.

En ese momento, el panadero se trenzó en lucha con uno de ellos, intentando arrebatarle el arma. Según las mismas fuentes policiales, el comerciante logró tomar el arma y disparó varias veces e impactó en uno de los atacantes, quien cayó boca abajo en el suelo. Tenía 17 años.

Los peritos intentarán determinar los motivos por los que el cuerpo quedó en esa posición y no de frente, en base a la trayectoria de los proyectiles y el lugar por donde ingresaron al cuerpo. De todos modos, si se comprueban los testimonios y coinciden con los peritajes balisticos, la acción del panadero debería quedar enmarcada en la legítima defensa.

Siempre en base a los testimonios recabados hasta el momento por los investigadores, en medio de esa situación, los otros dos hombres escaparon a los tiros, y estos balazos aparentemente impactaron en la camioneta del panadero, que resultó ileso al igual que su hijo.

Mientras que el asaltante que se había trenzado en lucha con el panadero, tras quedar desarmado fue reducido a golpes por vecinos del lugar, varios de ellos comerciantes de locales ubicados en la misma cuadra. El joven se negó a declarar ante el fiscal de la causa, tras lo cual, seguirá alojado en un instituto de menores.

De acuerdo a un video registrado por un testigo presencial y difundido en la red social Twitter, este delincuente quedó tendido en el suelo, al tiempo que lo insultaban y pateaban antes de que llegaran los efectivos de la comisaría 3ra. de Rafael Castillo y lo detuvieran. En el mismo video se vio también el cuerpo tendido del delincuente fallecido, quien según determinaron luego los peritos portaba un arma de utilería.

En el asiento trasero de la camioneta se secuestró un revólver calibre 38 con la marca y numeración suprimida, y con el que el panadero se defendió del asalto. Supuestamente es el arma que arrebató al asaltante detenido. 

A su vez, los peritos advirtieron que en la carrocería de la Amarok había unos siete impactos de bala, especialmente en la puerta del conductor, lo que refuerza la versión que el comerciante brindó a los primeros policías que arribaron al lugar y a los que les contó que había mantenido un enfrentamiento armado con los delincuentes.

En tanto, los otros dos cómplices escaparon hacia la calle Aguapey, donde los esperaba un quinto delincuente a bordo del Chevrolet, añadieron los voceros. También se investiga si los delincuentes que lograron fugar dispararon con una pistola 9 milímetros. Lo ocurrido es investigado por el fiscal Emilio Spatafora, del Fuero Penal de Responsabilidad Juvenil del Departamento Judicial La Matanza, quien no adoptó ninguna medida restrictiva de la libertad para el comerciante asaltado por considerar, de momento, que actuó en su legítima defensa.