Luego del debate entre Donald Trump y Joe Biden, la versión argentina del show de interrupciones y chicanas fue protagonizada el fin de semana pasado por la titular del PRO, Patricia Bullrich, y el economista mediático Javier Milei, durante un programa de TV en el que se disputaron quién está más a la derecha, a la hora de hacer de discutir sobre economía.
Que “ustedes defendieron el gradualismo”, que “fuimos el gobierno más institucionalista”, que “cercenaron las libertades”, que “nunca agredimos a nadie”. Esas fueron algunas de las acusaciones que intercambiaron.
El contrapunto neoliberal tuvo lugar en la mesa que conduce la nieta de Mirtha Legrand y ofreció un sinfín de disquisiciones que nunca terminaron de cerrarse pero que elevaron la temperatura del encuentro en relación directamente proporcional con la confusión de las ideas.
Fiel a su carácter, el que más levantó la voz fue Milei, que para cuestionar a Juntos por el Cambio eligió una de las comparaciones que más podría dolerle a una macrista: los acusó de “ser lo mismo que el kirchnerismo”. No solo anímicamente, sino en la disputa de la franja de votos más antiperonistas.
El cambalache argumental del economista empezó con que “Cambiemos (SIC) y el kirchnerismo son lo mismo porque todos le subieron el impuesto” a los ciudadanos, y terminó con acusaciones del tipo “Marcos Peña se sentía orgulloso de ser socialista”, Jaime Durán Barba “es marxista” y Alfonso Prat Gay “es bien de izquierda”.
Bullrich no se amilanó y tiró más confusión al fuego. Dijo que la coalición PRO, Coalición Cívica y UCR “no se benefició con la grieta”, que el gobierno anterior fue “el más institucionalista” y que “la Argentina es un país que está muy trabado”.
También se esforzó por tender algunos puentes con Milei. Por ejemplo, aseguró que Juntos por el Cambio “es la contracara del populismo”, que esa fuerza es un “fuerte contrapeso institucional” del gobierno de Alberto Fernández y que “si hay un diputado liberal, ese es Fernando Iglesias”, por ejemplo.
Pero el economista no se dejó seducir. “¿Tu espacio es liberal? ¿Adónde?”, fustigó Milei y le espetó a Bullrich ser parte de los funcionarios que “cuando tuvieron que meterle la mano en el bolsillo, no tuvieron reparo alguno”. Los acusó también de generar “un descalabro macroeconómico" y de “cercenar las libertades individuales, poniendo un cepo” a la compra de dólares.
La respuesta de Bullrich fue elocuente: “No, bueno...” También dio una particular definición de Juntos por el Cambio: “Somos una fuerza que logró algo que para la Argentina es muy importante: por primera vez desde 1983, el gobierno tiene un contrapeso institucional, político y social en la calle, levantando banderas que son espejo de los que plantea el kirchnerismo”.
Milei de paso aprovechó la mesa para hacer publicidad de su eventual candidatura a diputado nacional en el espacio que –hasta el momento- compartirá con Luis Espert, y para lanzar su primera promesa de campaña: “Antes de subir un impuesto, me corto el brazo”.