“Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”. La célebre frase de la novela El Gatopardo ilustra el trabajo de la Academia Sueca con el Premio Nobel de Literatura, después de las denuncias por violación por las que Jean-Claude Arnault, marido de la entonces académica Katarina Frostenson, fue condenado a dos años y seis meses de prisión. Luego de las renuncias de varios miembros y una crisis que parecía irresoluble, los nuevos integrantes alimentan una maquinaria que no puede evitar la polémica, como quien intenta hacer los gestos correctos en el lugar errado. Este jueves se anunciará la ganadora o el ganador del Premio Nobel de Literatura 2020, paradigmático en la disparidad de género: sólo 15 escritoras han obtenido el galardón de un total de 116 premiados desde 1901. Jamaica Kincaid, la autora que nació en Antigua y Barbuda en 1949 y es una de las invitadas del Filba 2020, es uno de los nombres que más suena para suceder al austríaco Peter Handke (2019), pero también se destacan la estadounidense Joyce Carol Oates y el rumano Mircea Cartarescu, ambos participarán del Filba.
A diferencia de otros premios que anuncian a sus finalistas en “listas largas” o “cortas”, como el Booker en sus dos modalidades, para autores en lengua inglesa y para autores traducidos al inglés, el Nobel de Literatura mantiene la ficción del secreto. Nunca se sabe quiénes son los nombres que realmente están siendo evaluados. Los que proponen a los candidatos son miembros de academias, profesores universitarios, editoriales y antiguos ganadores del Nobel de Literatura, que reciben una carta de la Academia Sueca en septiembre de cada año. Hasta el 31 de enero del año siguiente tienen tiempo para enviar el nombre de la candidata o candidato y los argumentos de por qué debería recibir el premio. En abril de cada año, el Comité evaluador recopila la lista de los nombres y de ahí quedan unos 15 a 20 candidatos; para mayo ese listado se reduce a cinco nombres. De junio a agosto los miembros de la Academia realizan informes sobre el aporte de estas escritoras y escritores a la literatura y a sus contextos políticos, sociales y culturales. En septiembre comienzan las reuniones para deliberar y elegir a la ganadora o ganador.
“Si la Academia sabe lo que es bueno para ellos, tendrán que elegir a Jamaica Kincaid”, declaró Bjorn Wiman, editor de Cultura del diario sueco Dagens Nyheter a la agencia noticiosa francesa AFP. Kincaid es autora de Autobiografía de mi madre, una novela que narra la vida de Xuela, una mujer nacida en Dominica de madre caribeña y padre escocés que decide no tener hijos. Su nacimiento coincide con la muerte de su madre y el abandono de su padre, quien la entrega a una lavandera. “Mi madre murió en el momento en que yo nací, y así, durante toda mi vida no hubo nada entre yo y la eternidad; a mi espalda soplaba siempre un viento negro y desolado”, se lee al comienzo de la novela de Kincaid, que aparece acompañada entre las candidatas al Nobel de Literatura por otra favorita: Maryse Condé, escritora en lengua francesa nacida en Guadalupe en 1937, autora de los cuentos Corazón que ríe, corazón que llora, ganadora del premio Nobel alternativo en 2018, un galardón paralelo a la Academia Sueca que se entregó por única vez ese año. Kincaid y Condé son exponentes de la denominada literatura poscolonial y retratan los abusos que padecen las mujeres.
La canadiense Margaret Atwood, autora de El cuento de la criada, también aparece en esa acrobacia verbal de los rumores que vuelven a escena como si nada hubiera cambiado. La sueca Madelaine Levy, crítica literaria del diario Svenska Dagbladet, sugirió como ganadora a la estadounidense Joan Didion, autora de El año del pensamiento mágico, pero también considera a la poeta canadiense Anne Carson, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2020 por “su poética innovadora”. La danza de la especulación incorpora nombres analizando premios previos. No es la primera vez que se menciona a Joyce Carol Oates, pero en esta ocasión tendría más chances porque en mayo de este año recibió el premio Cino del Duca por el conjunto de su obra, otorgado por el Instituto de Francia, considerado por algunos la antesala al Nobel. El peruano Mario Vargas Llosa lo ganó en 2008 y se llevó el Nobel en 2010 y el francés Patrick Modiano lo obtuvo en 2010 y se quedó con el Nobel en 2014. Oates inaugurará el festival de Literatura Filba de manera virtual, el viernes 16 de octubre a las 20.
Varios escritores africanos podrían ampliar este listado, entre los que se destacan el keniata Ngugi wa Thiong’o y el escritor de Somalia, Nuruddin Farah, un autor que suele escribir sobre el lugar de la mujer en la sociedad africana. La editorial argentina Empatía, especializada en difundir la heterogeneidad de voces de la literatura africana, acaba de publicar de Farah la novela Mapas, considerada “una verdadera obra de arte” por Salman Rushdie. Chimamanda Ngozi Adichie, una de las candidatas más joven, nació en Nigeria en 1977, ganó en 2013 el National Book Critics Circle Award por Americanah, obra que transcurre entre su país natal y los Estados Unidos, donde reside, y se hizo conocida mundialmente en 2012 por una charla TED Todos deberíamos ser feministas, que antes de convertirse en un libro la utilizó Beyoncé para una de sus canciones del álbum Lemonade.
La coreografía previa al anuncio del Nobel de Literatura incluye a algunos escritores que hace un tiempo aparecen como favoritos, el japonés Haruki Murakami, el francés Michel Houellebecq, el estadounidense Paul Auster. A esta edición se suman nombres como el rumano Mircea Cartarescu, el israelí David Grossman, la británica Hilary Mantel, la francesa Nina Bouraoui, la finlandesa Sofi Oksanen, la rusa Liudmila Ulitskaya, el noruego Jon Fosse o los húngaros Péter Nádas y László Krasznahorkai. Por los pagos de la lengua castellana, hay pocos nombres: Javier Marías (España), Rafael Cadenas (Venezuela), Raúl Zurita (Chile) y Leonardo Padura (Cuba).