Desde 2016, los pueblos Guaraní, Tapiete y Chané de Salta emprendieron el camino para diseñar los contenidos educacionales desde su cosmovisión con el objetivo de aplicarlos en las escuelas de sus comunidades. La acción va en concordancia con el reconocimiento de la modalidad de Educación Intercultural Bilingüe (EIB) en la provincia, que, sin embargo, hasta el momento no cuenta con un diseño curricular que formalice los contenidos y el método de enseñanza.
Por eso, la actual Coordinación de la Modalidad de Educación Intercultural Bilingüe (EIB) del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Salta promovió un conversatorio para el miércoles 7 a las 16 en el que se presentará el proyecto realizado por las comunidades de estos tres pueblos, denominado “Ñandereko” (nuestro modo de ser, en guaraní), que podría lograr su aplicación para 2021.
Luis Domínguez es parte de la comunidad guaraní Misión Cherenta, de Tartagal, y es profesor bilingüe desde 1996. "Nuestra prioridad siempre fue trabajar para que nuestra educación pueda llevarse a través de nuestra propia ñandereko”, aseguró ante Salta/12.
Añadió que la pérdida de la lengua madre en muchas comunidades de Salta provocó que se juntaran guaraniés, chanés y tapietes porque comparten el mismo idioma, el guaraní. Luego, una de las inquietudes que surgieron fue encontrar la forma para que el gobierno de turno pueda recibir la demanda y lograr que sus pueblos tengan "una autonomía en nuestra educación”, explicó Domínguez.
La idea pudo consolidarse con más fuerza desde 2016 cuando articularon con docentes y estudiantes de la Universidad Nacional de Salta (UNSa). A partir de ese año realizaron talleres para la recolección de experiencias y conocimientos de los maestros bilingües.
“Muchos docentes hicimos nuestro propio material de trabajo, nuestras cartillas" y "además, los solventamos con nuestros propio esfuerzo porque no había una política que los reconociera”, contó. Entre esos trabajos lograron sacar dos libros: “El accidente de una cultura” (2010) y “Aprendiendo a hablar en nuestro idioma” (2012).
Domínguez confesó que el llamado desde el Ministerio lo sorprendió porque al parecer estaban al tanto del trabajo que venían realizando desde hace años. De aplicarse el diseño curricular, este sería el primero que un organismo estatal de Salta incluya y, sobre todo, reconozca como enseñanza formal. “Creo que es el tiempo que la educación tenga algo de innovación desde las comunidades indígenas”, aseguró.
Manifestó que actualmente la cartera de Educación mantiene una enseñanza muy verticalista y occidental, de arriba hacia abajo. La propuesta cambia esa perspectiva: “Como docentes bilingües hemos demostrado que podemos trabajar y es factible que se dé un lugar de abajo para arriba”, es decir, “desde nuestras comunidades y cosmovisión para que el Estado las reconozca”.
Domínguez contó que el impulso por lograr una educación propia surgió a partir de la reforma de la Constitución Nacional de 1994, cuyo artículo 75 reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos.
En tanto, la mburubicha de la comunidad Ava guaraní Misión Franciscana, de Pichanal, Andrea Segundo, afirmó que siempre tuvieron la necesidad de dar a conocer el proyecto Ñandereko porque “hablamos desde nuestra cotidianeidad, nuestra formación y la ética que venimos desarrollando desde nuestras casas”.
Expresó que a pesar de que lograron reunir una gran cantidad de conocimiento sobre las comunidades, si eso no se lograba plantear en una política educativa, sería en vano. Por eso, lo obtenido representa “un logro muy importante no solamente como pueblos originarios sino como Nación Argentina”, agregó.
“Es muy importante, tanto humano como espiritualmente porque ya venimos hace rato haciendo talleres y demuestra que hemos ido caminando”, expresó.
Por su parte, el maestro auxiliar bilingüe y miembro del Pueblo Chané Gabriel Ovando dijo a Salta/12 que la posibilidad de lograr la aprobación de los contenidos por parte del Ministerio de Educación “es algo muy importante para nosotros”. Aseguró que los saberes ancestrales de los pueblos indígenas no están sistematizados a pesar de que el propio Ministerio así lo piense.
Más allá de ello, consideró “es una verdadera alegría y una satisfacción enorme que se inicie el tratamiento formal del tema cuando no hay nada escrito". Además, sostuvo que la concreción del proyecto va a servir a todos los pueblos, a las escuelas rurales y “también a las escuelas urbanas, para que puedan ver la importancia de la interculturalidad”.
Ya con cinco años siendo auxiliar, recordó que en su formación “no tenía lugar, ni ubicación, ni por dónde debía empezar” a impartir la modalidad con sus estudiantes. Toda esa construcción, la hizo sobre sus propias investigaciones e intercambios con otros docentes: “Me gustó investigar y saber más allá porque no sabía muchas cosas de mi pueblo”.
Ovando reseñó que a partir del proyecto Ñandereko, las personas de las comunidades comenzaron a aportar relatos y saberes sobre la cosmovisión indígena.
Tejer colectivamente
La doctora en antropología María Eugenia Flores manifestó a Salta/12 que la posibilidad de aprobar un diseño curricular para los estudiantes de las comunidades indígenas de Salta sería responder a una demanda de más de 30 años. “Instaurar la interculturalidad de los pueblos como política de Estado es un primer paso”, subrayó.
Flores acompaña a las comunidades desde 2016 con proyectos de la Secretaría de Extensión de la UNSa. Desde allí diseñaron los talleres para reunir a maestros bilingües y manifestar las demandas en relación a la EIB. Aseguró que desde que se aprobó la modalidad en 2011, bajo el mandato del ex gobernador Juan Manuel Urtubey, “su implementación tiene muchas cuestiones a mejorar”.
En ese sentido, dijo que el país aún “se debe a una educación intercultural bilingue”. “Sabemos que los pueblos son preexistentes al Estado y aunque estén reconocidos no hay políticas que permita revalorizarlos”, señaló.
A raíz de ello, desde la Universidad emprendieron la sistematización de los talleres a partir de las experiencias de los maestros en las que se evidenció que el trabajo que venían ejecutando lo llevaban de manera “atomizada”, ante la falta de un diseño curricular.
Durante 2018 Ana Casimiro, integrante de los proyectos de extensión y licenciada en antropología, entró a trabajar como técnica en EIB. Eso posibilitó conseguir un aval importante desde el gobierno al proceso que venían sosteniendo y obtuvieron un financiamiento para continuar con los talleres que ese año se abocaron directamente al diseño de la currícula.
Los encuentros se realizaron en Orán, Tartagal, Aguaray y Salvador Mazza logrando reunir hasta octubre de 2019 a 90 maestros bilingües de la zona. “No eran talleres de educación solamente sino que trataban la cosmopolítica indígena junto a las dimensiones que establecían los docentes”, agregó Flores.
El conversatorio que se hará mañana servirá para mostrar el trabajo realizado durante estos años y hablar sobre cómo se hará el diseño final de la curricula junto al Ministerio de Educación.