La economía argentina caerá este año un 10,5 por ciento, lo cual la ubica en el tercer peor lugar de América latina y el Caribe, sólo superada por Perú (-13 por ciento) y Venezuela (-26 por ciento). Entre los países vecinos, Brasil retrocedería un 9,2 por ciento, seguido de Chile, 7,9; Bolivia, 5,2; Uruguay, 5,0 y Paraguay, 2,3 por ciento. A nivel regional, la pobreza este año volverá a los niveles de 2005 y la indigencia, a los de 1990.
Estas proyecciones fueron publicadas por la Cepal en su Estudio Económico 2020 y presentadas por su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, quien advirtió que “la crisis económica regional va a durar más de lo que se pensaba, la recuperación va a tomar varios años y será más lenta que tras la crisis subprime, por lo que habrá que mantener políticas macroeconómicas, fiscales y monetarias expansivas”. Según el informe, América Latina y el Caribe está viviendo su peor crisis económica en un siglo, con una contracción estimada de su producto interno bruto (PIB) regional de 9,1 por ciento. A fines del 2020 el nivel de PIB per cápita sería igual al de 2010.
Cierre de empresas
La Cepal calcula el cierre de 2,7 millones de empresas formales en la región en 2020, mientras que el desempleo alcanzaría a 44 millones de personas, un incremento de 18 millones de personas respecto al nivel de 2019. La pobreza llegaría a los mismos niveles observados en 2005, alcanzando a 231 millones de personas, mientras que la pobreza extrema llegaría a los niveles de 1990, un retroceso de 30 años, alcanzando a 96 millones de personas.
La Cepal hace hincapié en la necesidad de que los gobiernos profundicen la política monetaria y fiscal expansiva, para lo cual no solo es lógico aumentar el endeudamiento y la emisión monetaria sino que el organismo también considera conveniente regular los flujos de capitales y aumentar la presión tributaria.
Presión tributaria
“Es necesario que América Latina y el Caribe aumente su recaudación tributaria, que actualmente es de 23,1 por ciento del PIB en promedio para los gobiernos generales de la región, comparado con el 34,3 por ciento de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Para esto se debe combatir la evasión y elusión tributaria, que llega al 6,1 por ciento del PIB regional, consolidar el impuesto a la renta a personas físicas y corporaciones, extender el alcance de los impuestos sobre el patrimonio y la propiedad, establecer impuestos a la economía digital y correctivos, como los ambientales y relacionados a la salud pública”, dice la Cepal.
A nivel nacional, la Cámara de Diputados está discutiendo el aporte extraordinario de los grandes patrimonios, que permitiría incrementar la recaudación en alrededor de 1 punto porcentual del PBI. La información de la Cepal es valiosa para esa discusión, porque muestra que, a diferencia del argumento usual de parte del establishment de “la presión impositiva ya es demasiado alta”, el peso de los impuestos sobre el PBI en Argentina es del 28,8 por ciento, en la línea de Uruguay (29,2 por ciento), por debajo de Brasil (33,1) y del promedio de los países de la OCDE (34,3 por ciento).
“Se estima que el resultado fiscal podría alcanzar un déficit regional del 8,4 por ciento del PIB en 2020, como consecuencia de una disminución de los ingresos y un aumento del gasto público, mientras que la deuda pública bruta de los gobiernos centrales podría aumentar 9,3 puntos porcentuales del PIB”, indica la Cepal.
Apoyo del Estado
Según los cálculos del organismo, el apoyo fiscal del Estado nacional argentino para enfrentar la pandemia equivale a 4,9 puntos del PBI sumado a 0,5 punto en garantías estatales para créditos. Está en una línea similar a Bolivia (4,9 por ciento del PBI), pero por debajo de Brasil (7,9 por ciento y 0,5 por ciento en garantías), Chile (5,7 por ciento y 1,2 por ciento en garantías) y Perú (6 por ciento y 10,7 por ciento en garantías).
La economía argentina enfrenta la pandemia en condiciones mucho peores que sus vecinos. En materia de crecimiento, el país viene de caídas del 3,5 y 3 por ciento en el PBI per cápita en 2018 y 2019, a diferencia de Brasil (0,5 y 0,4), Chile (2,5 y -0,1), Uruguay (1,2 y -0,1), Bolivia (2,8 y 0,8), Perú (2,2 y -0,5).
Por otra parte, la Argentina no cuenta con posibilidad de obtener financiamiento en el exterior porque está sobreendeudada: la deuda pública bruta del gobierno central era del 90,2 por ciento del PBI en 2019, contra un promedio regional del 45,7 por ciento. Además, el país tiene muy limitada la posibilidad del financiamiento por vía de la emisión monetaria, en medio de una crisis de confianza alrededor del peso. Son condiciones pre-existentes ala pandemia que se potenciaron durante el gobierno de Mauricio Macri.