En el marco del inicio de la visita de los equipos técnicos del Fondo Monetario (FMI) en la Argentina, se inició una serie de reuniones con el Gobierno, y la titular del organismo, Kristalina Georgieva, dejó un fuerte mensaje que parece coincidir con la idea del Ejecutivo de llegar a un acuerdo sin afectar el plan económico. "No venimos con la idea de 'bueno, veamos cómo podemos ajustar aún más el gasto en estos tiempos'; le damos este consejo a todo el mundo", señaló Georgieva y coincidió en la necesidad que el pacto tenga que ver con una solución de largo plazo.
"Queremos ser parte de una solución duradera a lo que ha sido durante tanto tiempo ciclos de auge y caída en Argentina; y vamos con la mente abierta a buscar la manera de llegar a ese punto en que Argentina sea sólida, estable y próspera", expresó Georgieva durante una entrevista concedida a CNN en Español.
De esta manera, resumió lo que será el diseño de un nuevo programa del organismo con el país, diferente en el pasado, que tendrá foco en la estabilización de la economía, pero también en la inclusión económica y social. Asimismo, la dirigente expresó que los enviados del organismo vienen a la Argentina "ante todo para escuchar a las autoridades, para escuchar al pueblo argentino", al precisar el carácter de la misión que arribó al país, encabezada por Julie Kozack, directora adjunta del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina.
Georgieva dijo que, en términos generales, tuvieron "muy claro en esta crisis que es importante brindar apoyo a las empresas y, lo que es más importante, a los trabajadores". Asimismo, ponderó que la Argentina "ha hecho bien en contener la pandemia". También reconoció que, de manera previa a la pandemia, la Argentina ya enfrentaba otros inconvenientes, con lo que debió paliar con dos problemas a la vez. "Uno, por las dificultades económicas, el aumento de la pobreza, la inflación y las medidas que se han tomado para estabilizar la economía; y el segundo, por la pandemia que golpea a todos. Ha hecho bien en contener la pandemia ", precisó.
La funcionaria del FMI resaltó que “esta crisis es un shock exógeno, nos hizo hacer lo impensable: dejar de producir conscientemente y dejar de consumir, eso requiere un alivio mediante el apoyo a la economía. Pero veamos cómo irían las discusiones".
De cara a esta nueva etapa, Georgieva dijo esperar poder "ayudar a Argentina a definir unos objetivos de crecimiento a mediano plazo, ver cuáles son los obstáculos al crecimiento, y también para que la economía salga más fuerte para que pueda cumplir con las expectativas del pueblo argentino".
Los tiempos de la negociación
En cuanto a los tiempos de las negociaciones, aclaró que están "en una etapa muy temprana" y que la misión arribada este martes es la "primera visita". "Por supuesto, Argentina es miembro del FMI y, como todos los miembros, estamos ahí para usted, para la gente de todos nuestros países, estamos para la gente de Argentina", expresó, al ser consultada acerca de si había voluntad de prestarle al país.
"Queremos ser parte de una solución duradera a lo que ha sido durante tanto tiempo ciclos de auge y caída en Argentina. Y vamos a Argentina con la mente abierta a buscar la manera de llegar a ese punto en que Argentina es sólida, estable y próspera", concluyó la titular del FMI.
La idea del gobierno argentino es establecer una relación para llegar a un acuerdo que patee hacia adelante los plazos para el pago de los 45 mil millones de dólares que están pendientes de negociación. Desde el ministerio de Economía entienden que la negociación será en buenos terminos pero ardua y compleja.
A su favor, Argentina tiene a un organismo que parece haber virado hacia una lógica más negociadora con los países, luego del préstamos excesivo y fuertemente cuestionado que la gestión anterior a Georgieva, con la francesa Christine Lagarde al frente, le otorgó al gobierno ed Mauricio Macri para evitarle una crisis que se hubiese precipitado mucho antes de lo esperado.
El Fondo fue una de las piezas con las que el Gobierno de Alberto Fernández contó para encaminar la negociación con los bonistas privados, en un trabajo internacional que tuvo otros actores de peso, como el Papa Francisco y Alemania, una de las sillas calientes en el organismo.