La justicia rosarina condenó ayer a 8 años de prisión efectiva y 10 años de inhabilitación para conducir a Gastón Dlugovitzky, quien chocó y mató a Fabíán Cragnolino, ex tesorero de Ibarlucea, a bordo de su auto Ford Focus en San Martín al 4200, en marzo de 2019. La fiscal Valeria Piazza Iglesias, quien había pedido 12 años de cárcel, se mostró satisfecha por la sentencia porque contempló que fue un “homicidio simple con dolo eventual” y no un simple accidente.
El tribunal integrado por los jueces penales María Isabel Mas Varela, Mariano Aliau y Rodolfo Zvala tomó en cuenta la conducta irresponsable y repetida de Dlugovitzky al volante y resolvió por unanimidad condenarlo al entender que decidió de manera consciente conducir en forma peligrosa. Según la pericial mecánica, el Focus circulaba entre 122 y 130 kilómetros por hora.
Del análisis de los audios de su propio teléfono, se desprende el desprecio por la vida humana de Dlugovitzky, partiendo el desinterés por su propia vida, cuando afirma “si me mato no me importa”, si “me muero me muero". Durante el lectura del fallo se leyeron varios textos que eran transcripciones de audios de su teléfono personal, que figuraron en la acusación que hizo la fiscal Piazza Iglesias: "Con el (Ford) Focus de mi viejo una vez pasé por Laprida donde está la iglesia y un salame me encierra y ahí agarré y vine con toda, y le doblé, doblaba el loco, me pasa y dobla, y yo lo paso y doblo, lo encierro y se siente “puc” y el loco hizo “plac” y se dio vuelta , te lo juro, eso no lo sabe en la vida, era un Citroen C3 blanco, mas o menos (modelo) 2015 por ahí, se dio vuelta el chavón, volcó, y yo recontra me tomé el palo, dije este hijo de mil puta y después pasé del otro lado a ver si se había muerto o algo y se salía arrastrando del auto. Se vé que le salvo la vida los airbag, pero eso fue returbio, nadie lo sabe, creo que se lo conté a mi hermana así nomás”.
"Me metieron multas por incentivar a correr a la gente y un montón de cosas, cuando caigo al corralón vieron la patente todo, y me dijeron 'a ver vamos a ver las cámaras de seguridad, ohh, mira las cámaras de seguridad así que vos viniste por 27 de Febrero a más de 200 por horas, podés matar a alguien, siete y media de la tarde, ¿vos sos loco pibe? ¿qué te pasa?, mira acá en Ovidio Lagos también y en bulevard Oroño, tenemos acá filmado destornillando las patentes en este lugar, eso es ilegal', tuve que pagar las multas una arriba de la otra para poder sacarlo del corralón".
Todo esto sirvió para definir la personalidad del joven y llegar a la conclusión de que sabía lo que hacia y bien pudo imaginarse el resultado. La fiscal Piazza Iglesias confesó que estaba “muy conforme con el fallo porque lo tomó como homicidio simple con dolo eventual”.
La Fiscalía había sostenido en su acusación que el choque ocurrido en marzo de 2019 en San Martín y Garibaldi, donde murió un hombre de 40 años que viajaba en un utilitario, “no se trató de un error o accidente de tránsito, sino que fue un siniestro vial por las características del hecho, por la velocidad en que Dlugovitzky conducía a 126 kilómetro por hor en una zona urbana”.
Además, sumo que “no fue un hecho aislado porque Dlugovitzky venía repitiendo su conducta de hacía mucho tiempo”. Mencionó un “video que se viralizó para un fin de año” y también “audios en los que hacía alarde de manejar a 200 kilómetros por hora sin frenar en ninguna esquina”.
Por todo eso, el caso se encuadró en “la figura no de homicidio culposo sino doloso con dolo eventual” por “la velocidad y la forma en que conducía, en donde asume el resultado (chocar y matar) como posible y continúe haciéndolo”.
Se trata del segundo precedente de condena por homicidio culposo en un siniestro vial, después de la sentencia a 9 años contra el mecánico Juan Carlos Schmitt, en diciembre de 2017.