“Aprender de los errores y pensar hacia adelante”, fue uno de los puntos en común en el que confluyeron ayer distintos dirigentes de Sudamérica. Fue en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), donde se desarrolló el debate “Los desafíos de los movimientos nacionales, populares y progresistas en el cono Sur”. Políticos de Paraguay, Uruguay, Chile, Brasil y Argentina se congregaron para encontrar lineamientos en común ante “la crisis del progresismo” en la región. “Tenemos que ser capaces de construir un proyecto nacional que no sea de un solo partido político, conformar una agenda común para un Frente Nacional y Popular”, reflexionó el ex gobernador de Santa Fe, el socialista Antonio Bonfatti.
“La dictadura militar cambió totalmente a la sociedad chilena”, apuntó el secretario general del Partido Socialista de Chile, Pablo Velozo, después de describir el camino que fue tomando el socialismo en su país tras el derrocamiento de Salvador Allende en 1973 a manos de Augusto Pinochet. La experiencia que acercó el político trasandino fue “la necesidad de unidad de la izquierda y el centroizquierda” para avanzar en las reformas hacia un “Estado social de derechos”. El intercambio de experiencias políticas de izquierda o centroizquierda gestionando el Estado fue una de las tónicas del panel. “Hemos avanzado en muchos sentidos, pero no hemos sido capaces de desmantelar el modelo neoliberal que dejó Pinochet”, reflexionó Velozo marcando uno de los puntos centrales que tiene el gobierno de Michelle Bachelet.
Convocados por la UMET y la Fundación Friedrich Ebert Stiftung junto con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y el Instituto Novos Paradigamas, fue la presidenta de la fundación, Dorte Wollrar, quien señaló que uno de los objetivos del encuentro era encaminarse “hacia una nueva agenda progresista”. La alemana, economista y politóloga, hizo hincapié en que “estamos viviendo una crisis del progresismo, pero fundamentalmente estamos transitando un cambio de época” a escala mundial. Antes, el rector de la UMET, Nicolás Trotta, había saludado a los integrantes del panel que ya se encontraban sentados uno al lado del otro en sillas de colores y sin mesa ni escritorio. El ex senador del Frente para la Victoria Daniel Filmus, el ex canciller brasileño Marco Aurelio García, el diputado del Parlasur paraguayo Ricardo Canese esperaban su turno para intervenir en el debate, mientras Trotta tomó el rol de moderador del encuentro.
“Debemos pensar las formas de hacer política. Tener en cuenta los fuertes cambios sociales que se han dado en los últimos años. La sociedad ve a los partidos políticos de otra manera. Puede ser descreimiento o un deseo de participación que es distinto al de veinte años atrás”, destacó la uruguaya Viviana Piñeiro, secretaria de Relaciones Internacionales del Partido Socialista en su país e integrante del Frente Amplio (FA). “El FA cumplió 46 años, llevamos veinte gobernando Montevideo y doce en la presidencia” del país, recordó la dirigente haciendo foco en la “naturaleza popular” del nacimiento de la coalición de centroizquierda “para enfrentar a la dictadura”. Piñeiro puso en el eje del debate que había que “renovar las agendas y las ideas”, como uno de los desafíos más importantes que debían plantearse los partidos. Uno de los puntos para la nueva agenda política del progresismo, dijo, sería “volver a poner en valor los partidos políticos”, e hizo énfasis en “aumentar la representación de las mujeres” y la integración “de los jóvenes para renovar los partidos y refrescar los parlamentos”. Finalmente planteó “la necesidad impostergable de la unidad de la izquierda”, y que “además de construir unidad a nivel nacional, también hay que llevar esa unidad al plano internacional”.
Luego llegó el turno de Bonfatti que puso el eje en “la construcción de un frente antimodelo” para enfrentar al capitalismo fortalecido “después de la caída del muro de Berlín”. “Tenemos que poder generar un espacio para pensar hacia adelante, aprendiendo de los errores del pasado”, destacó el santafesino que recordó que el socialismo “lleva 27 años gobernando Rosario y nueve la provincia de Santa Fe”. En la agenda del progresismo Bonfatti resaltó que “debemos defender siempre la democracia y no dejar nunca de plantearlo”, “defender la política y también al Estado”. El ex gobernador llevó a la discusión “pensar un Frente Nacional y Popular que contenga planes estratégicos de coyuntura, pero también de mediano y largo plazo. Con un proyecto de nación que no sea solo de un partido”. Para ello “hace falta aprender a escucharnos, porque no existe una única verdad. Tiene que ser una forma de avanzar con la mayor cantidad de gente posible”, agregó como propuesta.
“Tenemos que plantear una propuesta superadora”, aseguró Ricardo Canese del Frente Guazú de Paraguay pensando en la posibilidad de los espacios políticos que tienen la posibilidad de gestionar el Estado nuevamente. El diputado del Parlasur paraguayo indicó que “hay que ponerse a pensar seriamente en los golpes que han derrocado presidentes votados por el pueblo” en los últimos años como “(Manuel) Zelaya en Costa Rica, (Fernando) Lugo en Paraguay y (Dilma) Rousseff en Brasil”. Finalmente le llegó el micrófono al ex ministro de Educación argentino que analizó que “la nueva situación de América latina esta caracterizada por un cierto repliegue de las fuerzas progresistas, nacionales y populares y una restauración de gobiernos neoliberales”, y por ello era “imprescindible generar un profundo debate que permita hacer una balance de los avances obtenidos en la última década”. Filmus remarcó que también había que había que debatir y determinar “cuales son las nuevas propuestas que los movimientos populares deben presentar a la sociedad para recuperar la iniciativa y volver a conducir procesos de crecimiento con justicia social”.