El Gobierno porteño avanza en una propuesta que estaban terminando de delinear contrareloj para la nueva fase del aislamiento social preventivo y obligatorio, que comenzará el 12 de octubre. Entre los principales puntos, plantearán la habilitación de los salones de los restaurantes (con un tope), el regreso de las empleadas domésticas que residan en territorio porteño y no deban usar transporte público para llegar a sus trabajos (son menos del 30 por ciento) y la reapertura de los shoppings (también con un número máximo de personas). También insistirán con la revinculación de 6500 estudiantes, una propuesta que el Gobierno nacional podría ahora considerar.
Desde el comienzo de la cuarentena en marzo, se registraron 798.486 casos de coronavirus y murieron 21.018 personas, según los datos del martes. Si bien las transmisiones no cesaron, tanto la Ciudad como la provincia de Buenos Aires comenzaron a registrar una leve baja de casos, lo que permite empezar a discutir un esquema de lento regreso a lo que los funcionarios llaman "la nueva normalidad".
Desde el gobierno que encabeza Horacio Rodríguez Larreta, tuvieron siempre una postura de ir abriendo, en consonancia con las presiones de los distintos sectores económicos y del impacto que tiene el parate en la recaudación porteña. Uno de los puntos tiene que ver con esta doble preocupación: el de la gastronomía. Sucesivamente, fueron reabriendo los restaurantes con "take away", luego habilitaron mesas en la calle y -tras una pequeña discusión con la Nación- en jardines, terrazas y patios. En esta nueva etapa, el Gobierno porteño buscará que los habiliten a utilizar también los espacios cerrados, pero con un tope de personas estricto (sería un 25 por ciento de la capacidad). No obstante, el comentario en la sede de Parque Patricios es que era la propuesta con menos chances de avanzar.
Lo mismo ocurrirá con los shoppings: propondrán que reabran con un límite máximo de personas que puedan ingresar a la vez. También deberán seguir un protocolo, que incluye el barbijo colocado a quienes ingresen durante todo el tiempo y que brinden alcohol en gel en los ingresos. A favor, utilizarán el argumento de que ya se habilitaron las galerías comerciales, que tienen techos más bajos y menos circulación de aire que los shoppings.
Otro de los puntos que llevará, siguiendo el esquema de reaperturas que tenían previstos, será el regreso del servicio doméstico, pero solo para aquellas personas que residan en la Ciudad de Buenos Aires (el resto, que son el 70 por ciento, quedan para una siguiente fase). Será, además, sin uso del transporte público, por lo que o bien deberán utilizar otros medios de transporte o convenir con sus empleadores para que les paguen el viaje en remis o taxi.
Para la Ciudad de Buenos Aires, también se evaluaban algunas actividades culturales, mientras sean al aire libre: en anfiteatros o en calles que se cerrarían para la ocasión.
Otro de los puntos con lo que insistirán es el regreso (a algún espacio) de los 6500 estudiantes que perdieron su vínculo con el sistema escolar. Este punto fue motivo de largos debates entre la ministra porteña Soledad Acuña y el nacional Nicolás Trotta y fue abordado dentro de la reunión del Consejo Federal de Educación (ver aparte). Minutos antes de es encuentro, Larreta la recibió a Acuña y hasta publicó una foto, como para reforzar que era uno de los ejes centrales de sus planteos al Gobierno nacional.
Las reaperturas vienen siendo discutidas por los tres distritos. El último encuentro fue el lunes a la noche, entre el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y sus pares porteño, Felipe Miguel, y bonaerense, Carlos Bianco. En ese encuentro también se discutió sobre el sistema educativo y cómo encarar el retorno paulatino a clases.