De acuerdo a un preocupante informe de la ONG Médicos Sin Fronteras, más de la mitad de las personas que viven bajo la línea de pobreza en París contrajeron el coronavirus. La evolución de la epidemia determinó que la capital francesa pasara a ser considerada como zona de alerta máxima. El martes fue el primero de los 15 días en los que se cerrarán los bares, mientras que se recortará a la mitad la asistencia presencial a las universidades y se aplicarán restricciones en los restaurantes, que sí pueden seguir abiertos. El martes, Francia registró 10.489 casos de coronavirus y 65 muertes, que elevan a 634.763 el total de positivos y a 32.365 los fallecimientos.
Los tests realizados por Médicos Sin Fronteras en centros de recepción, de distribución de alimentos y en albergues para trabajadores inmigrantes, revelan una tasa de contagio del 55 por ciento, "una prevalencia muy alta", señala el trabajo. Este es el primer estudio en Europa que analiza el nivel de exposición al virus entre las personas que viven en la pobreza, incluyendo a extranjeros, que componen el 90 por ciento de la muestra realizada por la organización.
"Los resultados arrojan un porcentaje de contaminación muy importante, debido sobre todo a las condiciones de hacinamiento que hubo en los polideportivos donde pasaron el confinamiento estas personas", sostuvo la responsable en Francia de la ONG, Corinne Torre. En dos de los centros de acogida para trabajadores inmigrantes que estudió MSF, el 88 por ciento de las personas que se sometieron al test resultaron infectadas.