El primer ministro de Hungría, Viktor Orban, hizo declaraciones homoodiantes al pedirle a la comunidad gay del país que deje “a los niños tranquilos” después de la publicación de un libro infantil que tiene como protagonistas a personajes LGBTIQ+.
"Hungría tiene leyes sobre la homosexualidad que se basan en una mira excepcionalmente tolerante y paciente -declaró Orban durante una entrevista radial-. Pero hay una línea roja que no se debe cruzar". Según el primer ministro, el libro es “un acto de provocación”. "Para resumir mi opinión: dejen a nuestros niños tranquilos", concluyó.
El libro, titulado “La tierra de los cuentos es para todos”, fue publicado la Asociación Lésbica Labrisz y reúne relatos infantiles tradicionales que tienen como protagonistas a personas que pertenecen a minorías o grupos estigmatizados. Los héroes y heroínas de estos cuentos son adultos mayores, gitanos, homosexuales o personas con discapacidad. Así, Cenicienta es una chica lesbiana y una asesina de dragones es transgénero.
El libro también abarca temáticas como la adopción, pobreza extrema o cómo los niños son víctimas de violencia intrafamiliar.
"Ahora que el miedo a los migrantes o la pandemia no basta para movilizar a los electores, es la comunidad LGTBIQ+ que el poder designa como chivo expiatorio", lamentó Tamas Dombos, miembro del consejo de administración de Hatter Society, la principal asociación gay de Hungría.
Además de Orban, la política húngara de ultraderecha, Dóra Dúró, destruyó una copia del libro durante una conferencia de prensa y lo calificó como “propaganda homosexual”. Dúró bramó que su partido “no tolera la exposición de los niños a propaganda homosexual, ni siquiera ocultándo modos de vida anormales en libros de cuentos”. “Que son una mentira, porque las princesas homosexuales no son parte de la cultura húngara”, agregó.
Sin embargo, el ataque de Dúró no tuvo el efecto deseado: las ventas del libro se dispararon y libreros de todo el país lo defendieron públicamente, aún cuando asociaciones civiles de ultraderecha firmaron un petitorio para pedir que saquen a “La tierra de los cuentos es para todos” de las estanterías.
La Asociación de Editores y Libreros de Hungría (MKKE, según sus siglas en húngaro) condenaron el ataque de Dúró. "La destrucción de libros con un propósito político es uno de los hechos históricos más avergonzantes en Hungría y Europa. No es sólo una expresión de opinión, sino una comunión con el legado nazi de quemar libros", acusó la MKKE en un comunicado de prensa.
Dombos, por su parte, opinó: "Los medios públicos se refieren a menudo a la homosexualidad como una enfermedad. Los responsables gubernamentales nunca condenaron los ataques contra los LGTBIQ+, y la policía no propone la protección adecuada".
De vuelta al poder en 2010 -su período anterior fue entre 1998 y 2002-, el primer ministro húngaro instauró una era conservadora en el país, que hasta entonces seguía una tendencia más bien avanzada: la homosexualidad fue despenalizada a principios de los años 1960 y la unión civil entre personas del mismo sexo fue reconocida en 1996.
En 2018, Orban prometió instaurar una "nueva era" cultural para defender los valores cristianos y tradicionales.