"La vacuna no puede ser propiedad de un país o un laboratorio", sentenció el papa Francisco en una de sus pocas declaraciones políticas respecto de la conducción de la pandemia de covid-19 y exigió que se asegurar el acceso gratuito y universal en todo el planeta al considerar que el descubrimiento deberá ser "patrimonio de la humanidad".
"La vacuna debe ser patrimonio de la humanidad, universal, porque la salud de nuestros pueblos, como la pandemia nos enseña, es patrimonio común, pertenece al bien común y ese debe ser el criterio", planteó su posición el sumo pontífice respecto de la carrera por el descubrimiento de la vacuna contra el coranavirus de la que participan laboratorios privados y Estados.
Las declaraciones de Francisco a la revista española Il mio Papa se conocen horas después de que el titular de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijera públicamente tener la esperanza de alcanzar la primera vacuna efectiva contra el covid-19 a fin de año, a pesar de que otros funcionarios del mismo organismo había marcado que habría que esperar a mediados de 2021.
"La vacuna no puede ser propiedad del país o del laboratorio que la encontró o de un grupo de países que se alían para esto", marcó el ex arzobispo de Buenos Aires antes de lanzar su análisis sobre la postpandemia: "O salimos mejores o salimos peores. Y el modo en que salgamos depende de las decisiones que tomemos durante la crisis".
"¿Cuál será el modo de vida que le dejaremos a la futura generación? Se trata de dejar de pensar sólo en nosotros mismos o en nuestro presente y levantar la mirada al futuro en perspectiva de humanidad que quiere permanecer en el tiempo como parte de la creación", convocó el papa.
"La pandemia nos hizo ver que nos acostumbramos al descarte"
Fracisco utilizó la entrevista para insistir en su mensaje de condena a la "cultura del descarte", latiguillo con el que suele criticar el sistema económico global y la depredación sobre la naturaleza, y pidió a la sociedad "hacerse cargo del futuro".
"La pandemia nos hizo visualizar cómo nos habíamos acostumbrado a ese clima del descarte: el descarte de los viejos, el descarte de los pobres, el descarte de los chicos", apuntó Franciso y consideró que en el futuro se deberá contrarrestar la cultura del descarte que deshecha lo que "molesta" y lo que impide "tener más y más" para poner en práctica "la cultura del recibir, del acoger, de la cercanía, de la fraternidad".
"Hoy día, más que nunca, se nos pide fraternidad, ir al encuentro del otro, del más débil y vulnerable para cuidarlo, para sentirnos responsables de él o de ella, porque no tiene los mismos recursos que los demás", concluyó.