"No se ha modificado en nada la posición del país", respondió el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, sobre el tema Venezuela en su paso por el Senado. Subrayó la tradicional preocupación de Argentina por los derechos humanos, por eso el voto en el Consejo de las Naciones Unidas respecto a la situación venezolana, pero también le sumó la preocupación por lo que ocurre en otros países como Colombia y Bolivia, o incluso por los derechos de la comunidad afroamericana de Estados Unidos. Más tarde, en un hilo de tuits, el canciller Felipe Solá desarrolló esta argumentación que busca, expresó, "ayudar a que los venezolanos tengan un funcionamiento pleno de sus instituciones sin interferencias externas, sanciones ni castigos unilaterales". Con todo, la decisión del Gobierno puso en tensión al oficialismo. Alicia Castro difundió una carta explicando su renuncia a la embajada argentina en Rusia, en donde había sido designada aunque todavía no tenía el pliego aprobado. El presidente Alberto Fernández le envió un mensaje pidiéndole que revea la decisión.
El Gobierno se esmeró en explicar que el voto del martes en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobando el informe elaborado por la alta comisionada Michelle Bachelet y a favor de la permanencia en Caracas de esta misión internacional no representaba un cambio en su visión. Previo a su paso por el Congreso, Cafiero había estado en contacto con la Cancillería porque imaginaba que la oposición buscaría insistir sobre la cuestión Venezuela, en especial sobre las supuestas "contradicciones" de la posición oficial. "No vamos a promover ningún golpe de Estado, ni la defensa de gobiernos autoasignados", respondió el jefe de Gabinete a la consulta de una senadora radical. Las referencias eran a las políticas intervencionistas de Estados Unidos en Venezuela y al autoproclamado presidente Juan Guaidó.
"Argentina tiene una conducta de defensa de los derechos humanos en todo el planeta y no la acomoda según los tiempos políticos. Seguimos reafirmando que los bloqueos y las intervenciones nunca son el camino y vamos a estar enfrente de esas decisiones", continuó Cafiero. Subrayó que lo que se votó en el Consejo reunido en Ginebra fue un informe sobre Venezuela pero que también le preocupaba la situación de los derechos humanos en otros países, entonces fue cuando nombró a Colombia, Bolivia y la comunidad afroamericana estadounidense.
Por la noche, Solá explicó en un hilo la posición. Recordó que cuando asumió Fernández retomó las relaciones diplomáticas con Venezuela y desconoció a Guaidó y a quienes lo representaban. Pero que ya en campaña electoral, el entonces candidato Fernández había recomendado prestarle atención al informe elaaborado por Bachelet sobre Venezuela, lo mismo que luego advirtió sobre las irregularidades ocurridas en la elección de las autoridades de la Asamblea Legislativa. En paralelo, en los distintos foros en los que participó como una cumbre de la Celac o en encuentros con líderes europeos, "nuestro país mantuvo siempre su oposición a las sanciones y a la injerencia externa en la vida política" de Venezuela, lo mismo que a firmar cualquier declaración del Grupo de Lima, impulsado por la Casa Blanca.
El canciller subrayó la importancia de que Argentina se integrara, desde agosto pasado, al Grupo de Contacto Internacional formado por la Unión Europea para buscarle una salida consensuada a la crisis venezolana. No está en el hilo, pero en la Cancillería explicaban que por lógica Argentina debía votar en el mismo sentido que los países que integran ese Grupo como España, Alemania, Francia o Países Bajos. "Nuestros votos en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra continúan con la misma política. Siguen reconociendo la importancia primordial del Informe Bachelet", redondeó Solá. Pero ese día hubo dos proyectos de resolución. El otro fue el presentado por el gobierno de Nicolás Maduro, en el que se reconocían progresos en la situación venezolana. Allí Argentina se abstuvo. El canciller explicó que Argentina pidió que hubiera una sola declaración, pero como no se concretó votaron sólo la segunda porque "acoge con beneplácito todos los informes de la Alta Comisionada, sin excluir ninguno, y contempla mecanismos de protección para mejorar la situación en dicho país".
El voto argentino generó críticas -acotadas- dentro del oficialismo. La más notoria fue la de Alicia Castro, que en una carta pública explicó que declinaba de su postulación para la embajada en Rusia por su desacuerdo con la política exterior. En ese mensaje calificó como "un dramático giro" la decisión tomada por la Cancillería, que luego tanto Cafiero como Solá desmintieron. Castro recibió un mensaje del Presidente pidiéndole que reconsidere su decisión, pero ella la confirmó en tanto se mantuviera el actual rumbo externo.