Con los 21 ediles presentes, más de 60 alocuciones de diverso tenor, 2 pedidos de cuarto intermedio y hasta un minuto de silencio en homenaje a las víctimas de la pandemia del COVID-19, se desarrolló ayer la sesión ordinaria más larga de este atípico año legislativo, del Concejo Deliberante salteño.
Entre los temas a tratar no se encontraba la construcción de una obra de gran envergadura, ni la Ordenanza Tributaria, ni mucho menos el Presupuesto 2021. Por el contrario, el orden día incluía sólo 15 proyectos, de los cuales 8 fueron tratados de manera conjunta.
Lo cierto es que, durante casi cinco horas de videoconferencia, los concejales discutieron de diversos asuntos como: la practicidad del domicilio electrónico para notificar a los contribuyentes sobre faltas municipales; la necesidad de elaborar un plan de obras coordinado entre Aguas del Norte y el Ejecutivo comunal, para poner punto final a las recurrentes pérdidas de agua en calles de la ciudad; la importancia de habilitar una línea telefónica municipal para brindar asistencia psicológica a vecinos, a raíz de la emergencia sanitaria; y la conveniencia de trasladar las obras de ciclovías a otras zonas de la capital, más allá del centro.
Aunque ninguno de estos temas vaya a cambiar la historia de la ciudad o de quienes viven en ella, nadie puede negar su relevancia. Sin embargo resulta un exceso, por ejemplo, la fundamentación de un mismo proyecto por parte de varios concejales de idéntico espacio político; o la alocución de algunos ediles en casi todas las iniciativas del orden del día; o, más aún, el dislate de pedir la palabra sólo para felicitar al autor o la autora de un proyecto y adelantar el voto positivo.
Al parecer los integrantes del cuerpo deliberativo no toman en cuenta esto. De otra manera, no se explican las palabras del presidente del Concejo, Darío Madile, en la apertura de la sesión. “Estamos marcando historia”, dijo y luego agregó: “Somos una de las conformaciones que más sesionó durante todo un período legislativo”.
Una sonrisa en la tristeza
La nómina de asuntos de la sesión de ayer, incluía cuatro proyectos con tratamiento preferencial, es decir, iniciativas consideradas prioritarias por los ediles, por referirse a temas urgentes.
Entre las preferencias se encontraba un proyecto de ordenanza de la concejala Laura García (Frente de Todos), que propone la exención del 50% del pago en concepto de la Tasa General de Inmuebles e Impuesto Inmobiliario, o del Impuesto a la Radicación de Automotores al personal de salud, de apoyo en salud y al personal de maestranza, que preste servicios en los hospitales públicos y privados de nuestra ciudad, en el marco de la emergencia sanitaria por el COVID-19.
“La única gran certeza que tenemos en esta pandemia es el compromiso pleno de los trabajadores de la salud y del personal de maestranza”, manifestó Laura García al referirse a la iniciativa. La vicepresidenta segunda del cuerpo legislativo explicó que el objetivo del proyecto es “acompañar a los trabajadores que se encuentran directa o indirectamente afectados a la atención de la salud y que, sin descanso, vienen trabajando por todos nosotros”.
La normativa, aprobada de manera unánime, aplica sobre los períodos fiscales que componen el último trimestre de 2020 (octubre, noviembre y diciembre), pudiendo el beneficiario optar por uno de los impuestos incluidos.
Al respecto, la concejala Romina Arroyo (Salta tiene Futuro) calificó de “razonables” las exenciones otorgadas. En tanto, su compañero de bloque, Santiago Alurralde sostuvo: “Los trabajadores de la salud son héroes. Se merecen esto y mucho más”.
Carrera en bicicleta
Otra de las iniciativas aprobadas fue un pedido al Ejecutivo para la construcción de ciclovías en otros sectores de la ciudad, como las avenidas Discépolo, Las Américas y Tavella, al igual que en calle Felipe Varela.
“Las ciclovías ya realizadas fueron trazadas en lugares equivocados”, disparó el concejal autor del proyecto, Ángel Causarano (Un Cambio para Salta) y entonces señaló que las arterias indicadas en el proyecto “son las de mayor circulación de bicicletas”, junto con las avenidas Independencia y San Martín.
Causarano calificó de positivo el programa “Salta en Bici”, lanzado por la intendenta Bettina Romero el martes, en una nueva edición virtual de las denominadas “mesas participativas” de la actual gestión comunal.
Sin embargo, las ciclovías y la promoción del uso de las bicicletas parecieran ser uno de los tantos temas que genera una absurda competencia entre ambos poderes del gobierno comunal.
Previo a ello, en el segmento de manifestaciones, fueron los ediles Raúl Córdoba y Santiago Alurralde (ambos de Salta tiene Futuro) quienes se refirieron a la obra de las ciclovías de calle Alvarado, la cual se encuentra actualmente en ejecución.
Con la obra avanzada y debido a las irregularidades en el asfalto (no percibidas en un primer momento, aparentemente), en los últimos días hubo que volver hacia atrás con los trabajos, levantando la carpeta existente para nivelar la calzada.
En ese sentido, Córdoba advirtió: “Vemos una gran falla en el Ejecutivo, en el control de las empresas contratistas. Deberían tener una persona que controle fehacientemente las obras”.
Alurralde, por su parte, sostuvo que el Ejecutivo “no tuvo en cuenta el Plenario sobre Movilidad organizado por este cuerpo, ni tuvo en cuenta los aportes de los concejales. Peor aún: le importó un pepino lo que dijeron los especialistas en el Plenario”, finalizó.