El campo artístico organizado confirma, una vez más, que la cultura es sinónimo de resistencia. Y con ese espíritu es que se gestó Qué ganas de volver, Festival Positivo y Multitudinario de Teatro Independiente, surgido de la iniciativa de emblemáticas salas del circuito como Timbre 4, El Método Kairós, Nün Teatro Bar, La Carpintería, El Extranjero, Espacio Callejón junto con la Agrupación PIT (Profesorxs Independientes de Teatro), formada en el transcurso de la cuarentena.

Durante el 10, 11 y 12 de octubre, el público podrá acceder a una programación variada que reúne más de 80 obras, 21 talleres y 13 charlas, y de la que participan 53 salas de todo el país. El objetivo, además de visibilizar la situación crítica de los teatreros, es recaudar fondos para contener a las áreas más golpeadas del sector. Para eso, el público podrá acceder a todas las actividades a través de la modalidad de la gorra virtual, y parte de los ingresos serán destinados a la Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI) y al colectivo Artistas Solidarios.

“Cuando nos dimos cuenta de que esta crisis se iba a quedar, pensamos de qué manera podíamos dar un mensaje para salir de la queja y entrar en una instancia más pujante, de deseo”, señala Matías Puricelli, uno de los fundadores de El Método Kairós que ofrecerá el lunes, a las 17 y en vivo desde la sala, una charla sobre modelos de producción, con la presencia de Diego Berardo, Sebastián Blutrach y Jon Goransky, además de dos obras filmadas: Te quiero hasta la luna y El Espejo. “Este festival es una manera de darle un cierre a la etapa del on demand de espectáculos grabados, porque ahora viene una etapa nueva de empezar a habitar las salas y de encontrar maneras de hacer desde ahí”, plantea el director con expectativa de cara a lo que viene.

“Queremos mostrar que se están haciendo cosas que están buenísimas e innovadoras. Estamos muy contentos de poder generar en estos momentos contenidos de calidad. Y está bueno recordar que, para seguir subsistiendo, este sector de la cultura necesita de la gente”, comenta por su lado Karina Hernández, actriz y una de las dueñas de Nün, espacio que sumará a la agenda propuestas para público infantil y también para adolescentes, como Lo que esconden los sombreros, del grupo Marabunta y Los Babeles. Y con opción de transmisión en vivo, y a través de Zoom, la obra 5to B Prezoomidos.

Espacio Callejón también se integró a esta movida del off, y aporta funciones de sus obras Personitas y ¿Estás ahí? “Queríamos hacer un poco de ruido, y decir: `Acá estamos´ -sostiene el director y dramaturgo Javier Daulte, quien dirige la sala-. Queríamos dar cuenta de la enorme actividad que tiene el teatro alternativo queriendo salir afuera. Y no queremos ser quejosos ni melancólicos, pero estamos pasando una situación muy complicada”. Producto de la crisis que la pandemia produjo en las artes escénicas, y a todo el universo que las rodea, se formó PIT, que nuclea a quienes dictan clases de teatro de manera independiente, y que se armó bajo el lema: “Todo empieza en las clases”, como un modo de dar cuenta de la importancia de la tarea docente en la formación de proyectos teatrales.

“La cultura no se rinde”. Así sintetiza Alejandra Endler, actriz, docente de teatro e integrante de PIT, la esencia del festival en el cual el colectivo ofrecerá diversos talleres de creación escénica, dramaturgia, clown y entrenamiento actoral, entre otros. “Buscamos mostrar la realidad que estamos atravesando. Y desde PIT estamos haciendo un trabajo multisectorial para que se declare la emergencia cultural”.

Desde marzo, la paralización de actividades golpeó duro en los distintos circuitos del teatro, pero más aún en el independiente. Y aunque desde hace un tiempo rigen los protocolos que habilitaron la posibilidad de volver al escenario con transmisiones por streaming, la adaptación y reinvención no es posible para todos. “Estamos en una situación de luto”, asegura Daulte. “Si bien ha habido ayudas, no alcanzan. Y la pandemia nos agarra muy cansados a esta altura. El streaming requiere de una tecnología que es costosa y los números que manejamos las salas alternativas, aun cuando estamos bien, son siempre muy modestos”.

En esa línea, también opina Hernández. “Sabemos que hay salas independientes que corren el riesgo de cerrar. Desde Nün venimos remando la situación y generando mucho contenido, pero hay salas con dueños que tienen otras edades y el streaming es algo que les queda muy lejano. Además, los costos son cada vez más imposibles, y la ayuda que tenemos es poca porque todo está destinado a salud, lo cual es por otro lado entendible”.

En este marco de incertidumbre, sin fechas de regreso o de reactivación que permita el reencuentro de artistas con el público, son prioritarias las políticas de ayuda y de contención. “Lo primero que pedimos es que el Gobierno de la Ciudad declare la emergencia cultural, porque el sector hoy tiene una emergencia laboral. Por eso, reclamamos que el Estado dé un impulso económico a las profesoras y profesores”, apunta Endler. “Existen un montón de condiciones que debemos tener para poder trabajar, y muchos tenemos la mitad de alumnos, porque no todos pueden conectarse. Y si bien están empezando a haber algunas ayudas que han llegado de parte del Instituto Nacional del Teatro, eso es algo simbólico. Nos faltan respuestas concretas y para todo el sector de la cultura”.

Por su parte, Puricelli agrega que sería deseable un incentivo para el público, con el objetivo de hacer más accesible el costo de las entradas al momento de volver a ocupar las butacas. “Quienes mayor consumo hacen del teatro independiente están súper afectados económicamente por esta crisis”, explica el director que espera que pronto pueda habilitarse una primera instancia de espectáculos al aire libre. “Si hay algo que sabemos hacer es movernos y encontrarle la vuelta a todo. Y tenemos que ponernos creativos, porque no tenemos más tiempo para perder plata. En estos tiempos siento como que estamos en una guerra, entonces lo que tratamos de hacer es esquivar los campos minados e ir pisando donde sentimos que no va a explotar nada”.

“Esperamos que empiecen a asomar alternativas para que no sean tantas las salas que terminen cerrando. Hay que atender muchos frentes para mantener un equilibrio y evitar males mayores”, afirma Daulte. “Con este festival queremos decir que los artistas seguimos existiendo, porque el arte es un recurso vital y espiritual de la sociedad. Y es muy importante empezar a entender que esto también es esencial”.

*La programación completa puede consultarse en Alternativa Teatral o en el sitio del Festival