Miami Heat ganó un partido inolvidable a Los Angeles Lakers por 111-108 para forzar un sexto partido en la serie final del NBA, que lidera el conjunto californiano por 3-2. Jimmy Butler, protagonista de un duelo épico con LeBron James, fue la gran estrella del encuentro, con un triple doble que incluyó 35 puntos, entre ellos los dos libres que le dieron la ventaja a su equipo a falta de 16 segundos.
En lo que fue un auténtico uno contra uno en el cuarto decisivo entre Butler y LeBron, el alero de Miami terminó inclinando la balanza para su equipo, más allá de que el astro de los Lakers completó un juego colosal, con 40 puntos, 13 rebotes y siete asistencias. A una canasta de Butler seguía una penetración de LeBron. A un tiro del 22 de Miami, continuaba un triple del 23 de Lakers. Así se alternaban la delantera en el marcador, hasta que Anthony Davis capturó un rebote en ataque y anotó el doble para que Lakers pasara a ganar 108-107 con 21 segundos por jugar.
Respondió Butler con dos libres y puso a su equipo al frente, aunque los angelinos tenían el cierre. Todo indicaba que James se encargaría del último lanzamiento, pero la marca de todo Miami lo obligó a desprenderse del balón. La responsabilidad del tiro le quedó a Danny Green, que se quedó muy corto con su triple, y Markieff Morris, tras capturar el rebote, regaló la pelota con dos segundos por jugar. Fue entonces que Tyler Herro decoró el marcador con otros dos tiros libres.
Así finalizó un partido que quedará en la memoria por el colosal liderazgo de Butler, que completó su planilla con 35 puntos, 12 rebotes, 11 asistencias y cinco robos para que Miami se mantuviera con vida en la serie, apoyado por el tirador Duncan Robinson, que terminó el juego con 26 puntos. Del otro lado, además del destacado partido de James, no fueron suficientes los 28 tantos y 12 recobres de Anthony Davis.
Con ventaja para Los Angeles por 3-2, el sexto partido se jugará el domingo, a partir de las 20:30 de Argentina, con televisación de ESPN. Los dirigidos por Erick Spoeltra están obligados a ganar de nuevo si quieren forzar un séptimo y decisivo encuentro, que de ser necesario se jugaría el martes.