La prohibición de la tracción a sangre en la ciudad que empezó a regir desde la semana pasada sigue siendo resistida por muchos de los cartoneros que todavía se niegan a entregar sus caballos. La razón es que la respuesta de la municipalidad no les garantiza el sustento.

Varios carreros con sus familias desplegaron ayer una protesta con cortes de calle en Rondeau y Juan B. Justo, en Uriburu y Avellaneda, y frente al Concejo Municipal, para reclamar atención por parte de la intendenta Mónica Fein y de los ediles. "Muchos de los inscriptos en el Programa Andando vinieron a reclamar porque entregaron los caballos, hicieron la capacitación en oficios y están acá, cagándose de hambre igual", resumió Victoria Clérici, de la Federación de Cartoneros y Recicladores.

La prohibición quedó fija por la ordenanza 8726, que desde 2010 promovió el paulatino descarte de la tracción a sangre y la inclusión laboral de los cartoneros. Pero ese proceso hoy no les garantiza la supervivencia, según refirieron luego a las ediles Norma López, María Eugenia Schmuck y Enrique Estévez.