Los All Bkacks de Nueva Zelanda y los Wallabies de Australia pusieron fin a la larga espera de siete meses en el rugby internacional por el coronavirus, con un empate en 16 en el primer partido de la Bledisloe Cup jugada en Wellington.

El partido fue seguido en directo por 31 mil espectadores sin barbijos, debido al final de las restricciones en Nueva Zelanda, después de superarse una segunda oleada de covid-19.

Los Wallabies no derrotan a los All Blacks en Nueva Zelanda desde la victoria 23-15 en 2001, en Dunedin.

El partido fue el primero que se jugó entre selecciones internacionales, desde que Escocia y Francia se enfrentaron el pasado 8 de marzo en Edimburgo, por el torneo Seis Naciones.

Primero hubo polémica, ya que el primer try del encuentro, anotado por Jordie Barrett, debió ser anulado ya que Rieko Ioane pisó la línea de touch en la jugada previa.

Más tarde, el mismo Ionae protagonizó un error insólito en el cierre del primer tiempo, cuando dejó que se le escapara de las manos la pelota en el momento en el que se lanzaba en el ingoal, para estirar la ventaja de Nueva Zelanda.

Los australianos emparejaron el marcador en el segundo tiempo, con tries de Marika Koroibete y Filipo Daugunu. Con el partido empatado en 16, Hodge falló un penal desde 57 metros (pegó en el palo). Como la pelota quedó en juego, el partido continuó otros diez minutos más, en los que no pudieron sacarse ventajas.