A diez años del asesinato del maestro Carlos Fuentealba en Neuquén, los gremios docentes realizaron un acto masivo en la provincia patagónica bajo la consigna: "10 años exigiendo justicia completa. Carlos Fuentealba, presente". Los maestros reclamaron la reapertura de la causa conocida como "Fuentealba II", que investigó responsabilidades políticas, entre ellas la del exgobernador Jorge Sobisch, y de la cadena de mando policial, quienes fueron sobreseídos en septiembre del año pasado. En la Ciudad de Buenos Aires, el reclamo se replicó con una marcha de antorchas.
"Este reclamo no va a terminar porque nosotros vamos a seguir peleando en las escuelas, en la calle, en las marchas y en todo el país", sentenció la secretaria general de la Ctera, Sonia Alesso, quien encabezó la movilización junto al titular del sindicato docente neuquino Aten, Marcelo Guagliardo, y representantes del gremio de diversas provincias y de la Internacional Docente. La movilización en las calles porteñas contó con la presencia del titular de Suteba, Roberto Baradel; y el titular de la UTE porteña, Eduardo López, además del acompañamiento de partidos políticos de izquierda.
"Hoy hay compañeros de todo el país y de distintas organizaciones para exigir justicia completa y para que, a pesar de que en Neuquén se ha planteado un cerco de impunidad entre el Poder Judicial y el poder político, la Corte Suprema (nacional) es la instancia que nos queda y éste es el respaldo que tiene esa causa", destacó Guagliardo.
Fuentealba fue asesinado el 4 de abril de 2007 durante una protesta gremial en el paraje Arroyito, sobre la ruta nacional 22, a 45 kilómetros de la ciudad de Neuquén. Por su muerte fue enjuiciado como único autor el cabo de la policía neuquina Darío Poblete, a quien se le impuso la pena de prisión perpetua en 2008.
Las actividades para recordar a Fuentealba se iniciaron esta mañana con un acto en el memorial que marca en la ruta nacional 22 el lugar donde cayó herido de muerte por un cartucho de gas lacrimógenos que le perforó la cabeza, disparado por el policía Poblete, quien cumple la pena de prisión perpetua por el crimen.