Aunque su agrupación política se retiró hace varias semanas de los comicios buscando impedir un triunfo del MAS, la presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, continúa aprovechando actos públicos para atacar al partido del expresidente Evo Morales. El sábado, en el departamento de Beni, Áñez llamó a "votar por aquella persona que dé las condiciones de que no vuelva este tirano (en referencia a Morales), que tenga mejor porcentaje, que tenga mejor aceptación". Esa declaración significa además un apoyo implícito al candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa, y una violación a la ley electoral boliviana.
Víctor Borda, diputado del MAS, consideró que además de reflejar "una actitud descarada y desesperada", esos ataques vulneran la normativa, por lo que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) debería actuar de oficio para aplicar sanciones. Hasta la exaliada de Áñez, Roxana Lizárraga, cuestionó su actitud. "Lo que estamos viendo es que esa alianza Juntos se ha convertido en una 'juntucha' que está encabezada por Carlos Mesa", disparó.
De acuerdo al Reglamento de Campaña y Propaganda Electoral, ningún funcionario público puede realizar campaña electoral en horarios laborales, ni "utilizar el cargo para hacer propaganda electoral o promover candidaturas". El diario Página Siete consultó al presidente del TSE, Salvador Romero, respecto al uso y abuso de bienes del Estado para hacer campaña a favor de Mesa, e informó que el funcionario no le dio ninguna respuesta.