En el caso, por el momento, sólo hay dos hechos comprobables: la muerte de Cristian Lautaro González, de 23 años, y la detención como presuntos autores del delito de “homicidio agravado por el uso de armas de fuego” de los hermanos Walter y René Acevedo. Después todo es controversia, porque la madre del joven dice que lo mataron en un intento de robo, mientras que los familiares de los hermanos Acevedo aseguran que ellos actuaron “en legítima defensa”, porque “el ladrón era González”. El hecho ocurrió el domingo por la tarde en la localidad bonaerense de Berazategui.
La primera versión publicada en los medios de comunicación fue la de la policía, que difundió el relato de los hermanos Acevedo, según el cual González intentó robarles, forcejearon con el joven, que ante la superioridad numérica escapó, aunque seguía teniendo en sus manos una pistola 9 milímetros.
Durante la corrida, a González supuestamente se le cayó el arma, con la cual uno de los hermanos Acevedo lo mató de un balazo. Este martes, cada uno de los hermanos Acevedo tendrá que hacer el relato ante el fiscal de la causa, Carlos Riera, quien antes analizará una serie de elementos periciales para tratar de dilucidar cuál versión es la correcta.
Por las redes circuló un video en el que se ve el momento final de la persecución, con dos hombres atrapando y golpeando a un tercero, obviamente González, quien ya había recibido el impacto del proyectil que lo mató. El joven queda tendido en el piso y las otras dos personas escapan y se van de la escena en un vehículo. Antes, uno de los dos hombres le pegan un puntapié al joven ya caído en el piso. El arma fue hallada en el interior de la camioneta en la que se movilizaban los hermanos Acevedo.
Cuando prevalecía la versión del “ladrón abatido”, Marcela Reynoso, la madre de González desmintió ante los medios de prensa que su hijo estuviera robando y armado. “Lautaro no peleaba ni robaba, laboraba, no era adicto (...) lo mataron cuando volvía de una juntada con amigos y estaba caminando para su casa”. El joven vivía solo y como “se había enamorado de una piba, acompañó a una amiga hasta la casa y se estaba volviendo a la suya, caminando”.
La mujer admitió que su hijo se había mandado “alguna macana” cuando tenía 12 o 13 años”, pero que ahora estaba “trabajando y no estaba armado”. Dijo también que en enero le habían dado “una paliza en un boliche” y que le habían fracturado la mandíbula. Al principio, fuentes policiales dijeron que el joven “no tenía entradas” en el Servicio Penitenciario Bonaerense, aunque seguían investigando si las hubo “en comisarías” del conurbano.
La madre de Lautaro sostuvo que algunos amigos de su hijo “saben todo lo que pasó, pero no quieren hablar porque tienen miedo” porque, según ella, los hermanos Acevedo “son peligrosos”. La mujer sostuvo que “los que salieron a robar fueron ellos y en las cámaras de seguridad se ve que lo que mi hijo levanta del piso es el celular” y no el arma que supuestamente llevaba en las manos y se le había caído. Para reforzar la idea de la superioridad numérica, aseguró que su hijo “medía 1,60 y pico, mientras que los otros dos eran dos osos”.
Mientras tanto, una joven, hija y sobrina de los hermanos Acevedo, afirmó a través de las redes sociales que lo ocurrido fue “un caso de legítima defensa” ante un intento de robo a mano armada. En el perfil de Facebook, la joven dijo que quería “pedir disculpas a la familia de Lautaro González, sé por lo que están pasando y entiendo su dolor, pero mi viejo y mi tío ya están pagando, no hace falta que metan a toda la familia en lo mismo, mis hermanitos, mis primos, tíos, mi vieja no tienen nada que ver”.
Completó el texto asegurando que “todo fue en legítima defensa y se están aclarando las cosas, aunque muchos la están oscureciendo sacando conclusiones que no tienen nada que ver". Y completó: “Lo único que voy a pedir a los que están organizando quemar/romper mi casa y la de mis tíos es que ellos no tienen la culpa de nada y que primero piensen que hay criaturas, lo material va y viene pero no hace falta que prendan fuego vivo a unas criaturas, solo eso pido, gracias por leer y la justicia va a determinar todo".
Por último, Demian, un amigo de Lautaro, replicó también en Facebook que al joven “lo quisieron bolsillear (sic) y ni se dejó, lo corrieron y lo mataron a sangre fría”. En otro posteo cuestionó la versión de la familia Acevedo: “Dicen defensa propia, (que) quiso robar, él no tenía arma, él venía caminando de una juntadita y ellos lo corrieron para robarle”.
La causa está en manos del fiscal Riera, quien intenta dilucidad cuál es la versión válida sobre lo sucedido. La indagatoria a los hermanos Acevedo, el informe de la autopsia y las pericias balísticas sobre el arma y la vaina 9 milímetros hallada en el lugar del hecho, serían decisivas, al menos en esta primera etapa de la investigación. Los detenidos deberán explicar por qué razón se fueron del lugar sin llamar a la policía. Luego, uno de ellos fue detenido cerca de allí y el otro hermano, que se suponer que fue el que disparó, se presentó ante la policía algunas horas después.