Una lamida de cuello, un toqueteo frente al espejo, un pellizco en un cachete del culo. Rafaela Correa Marjak es una retratista de acciones, de esas acciones que nos confirman que estamos vivxs y vale la pena estarlo. Con un dibujo de línea en color negro y acentos rosa pálido, la artista argentina de 26 años delinea escenas de sexo explícito en movimiento. ¿Cuántas horas puede durar un encuentro sexual? En el arte de Rafaela Correa Marjak el coito vuelve el tiempo abstracto. Se derrite, de calentura, como los relojes de Salvador Dalí.
Iniciada en 2016, su serie Porno rosa es un museo digital queer de obras xxx en forma de gifs. Los labios nunca cesan el beso y los cunnilingus son practicados entre mujeres hasta la eternidad. La misma secuencia en loop para que el placer no tenga respiro. "El movimiento surgió quizás como algo natural. Antes de decidir qué dibujar pienso qué disco escuchar. Y a partir de lo que escuchaba, me dejaba llevar. El sexo tiene algo de danza y los gifs animados tratan de imitar esos movimientos y fluidez que acompañan la música", me cuenta Rafaela. Quien comenzó la serie al separarse de su pareja como un modo de canalizar la tristeza de ese momento.
En la era de las nudes, Rafaela creó un álbum de figuritas vivientes que no necesitan tener sonido para que podamos escuchar los gemidos. Porno rosa son cuadros codificados inclusivos para ver desde el teléfono celular acurrucadxs en la cama o sumergidxs en la bañera. "Yo siempre lo sentí como un juego naif hasta que amigxs, conocidxs y gente de internet me escribió medio a modo de confesión contándome que se habían tocado viendo los gifs. En el primer año de Porno Rosa lo movía mucho por instagram. Llegué a tener 5 cuentas, todas me las cerraban al ser denunciadas", relata.
Rafaela utiliza la técnica de la rotoscopia para animar. Redibuja lo que ve para apropiárselo. Vampiriza al goce haciendo de una felación una acción inmortal. "Porno rosa y mi bisexualidad van de la mano. En retrospectiva me cuesta imaginar una sin la otra. Primero empecé a plasmar estos deseos y fantasías en pequeñas animaciones y dibujos como manera de explorar lo que me interesaba. Después volví reales y físicos esos deseos".
Con la llegada de la pandemia y el aislamiento social obligatorio, Rafaela tuvo que poner en pausa el contacto sexual con otrxs y una seguidilla de citas que comenzaron luego de otro rompimiento. Un novio bisexual que hoy es su mejor amigo. Impulsada por la nostalgia del romance de una sola noche, la artista veinteañera fanática de John Waters y la Coca Sarli inició el proyecto autobiográfico Primera cita, con música original y diseño de sonido realizado por su ex, el músico, montajista y periodista Ignacio Balbuena. Relatos animados que recrean aquellas primeras citas originales con hombres y mujeres que merecen ser dibujadas. "Me cuesta mucho entender porque las relaciones o citas pasadas son un tema tabú en una relación nueva. Me generó algunos conflictos el querer contar anécdotas de relaciones pasadas con parejas nuevas, entonces ya que no puedo contárselas a la gente que me divertiría, me grabo y escucho mis propias anécdotas mientras las edito".