Un hombre fue extraditado desde México y quedó detenido por no cumplir con la cuota alimentaria para su hija discapacitada, tras un proceso judicial tramitado en Córdoba y que llevó 13 años. El hombre llegó el 1º de abril a Buenos Aires, acompañado por personal de Interpol; 1° de abril y desde el lunes está detenido en Villa María a disposición de la Fiscalía de Bell Ville, donde se tramitó la causa.

La captura internacional de Félix Gabriel Girola fue solicitada por el Fiscal de Instrucción de Bell Ville, Oscar A. Aliaga, al Juzgado de Control de esa ciudad, a cargo del juez Luis A. Morales, por “incumplimiento de los Deberes de Asistencia Familiar en perjuicio de su hija discapacitada menor de edad”.

El fiscal Aliaga detalló a PáginaI12 que Girola “no cumplía con la obligación de asistencia desde hacía muchos años”, y agregó que “el proceso de extradición llevó mucho tiempo”. “Primero, para localizarlo, porque la madre de la menor que es la víctima no podía indicar, más allá de que estaba en México, en dónde. Después hubo un largo proceso para extraditarlo. Fueron muchos años de trabajo”, explicó el funcionario judicial.

Girola “quedó detenido porque no compareció ante la Justicia, y en definitiva la estuvo eludiendo”, advirtió también el fiscal en diálogo con este diario, y sintetizó que el arresto se fundamentó “por peligrosidad procesal”.

Aliaga adelantó que, en los próximos días, “la idea es tomarle indagatoria lo más rápido que se pueda para que ejerza su derecho de defensa”, pero para eso, detalló, “es necesario que tenga abogado defensor, que hasta ahora no lo tiene, y si no presenta a ninguno se le asignará uno de oficio”.

En tanto, el asesor letrado de la menor, Carlos Figueroa, relató a este diario el proceso judicial que “comenzó en 2004,cuando se hizo la denuncia por incumplimiento de la cuota alimentaria, aunque la historia venía de antes”. Figueroa detalló que en 1997 Zulma Bianco y Gabriel Girola se casaron. Por entonces, la pareja residía en la localidad de Ucacha, en el centro sur de la provincia. Tres años después, en 2000, cuando Bianco cursaba un embarazo de seis meses, Girola la abandonó y viajó a México para radicarse allí. Cuando la niña nació, Girola seguía viviendo fuera del país. La pequeña padece una discapacidad congénita, que le provoca un retraso mental leve.

“Girola vuelve a los tres años, en 2003, para hacer el divorcio. En esos tres años no le pasó ni un peso, pero ese año firman un convenio de divorcio y se fija una cuota alimentaria de 250 pesos. Le paga dos meses y se vuelve a México”, contó el abogado Figueroa. 

En 2004, Bianco y su hija vivían en la ciudad de Monte Maíz, donde la mujer realizó la denuncia contra Girola por el incumplimiento del pago de la cuota; la causa pasó a la jurisdicción de Bell Ville. 

En ese momento, según recordó el letrado “se citó a los abuelos paternos, quienes tienen la facultad de abstenerse y no proporcionar datos sobre su hijo. Sin datos a la vista, se perdió el paradero del incumplidor, del que solo se sabía que estaba radicado en alguna parte de México. Fue pasando el tiempo y Bianco logró que se le fije una cuota a los abuelos, los padres de Girola, que eran jubilados. La cuota era irrisoria: de 200 pesos primero, después aumentó a 350, y la última en el año 2011 de 700”, detalló.

Figueroa, que entró en contacto con la causa en 2007, como representante complementario de la menor, explicó que la pesquisa sobre el paradero de Girola dio resultado en 2011, cuando “una de las abogadas de la madre encontró por Internet que en una empresa consultora de petróleo (Consultores Petroleros de Ingeniería (Copisa), Girola aparecía como parte de los funcionarios que ofrecían una licitación. Con ese dato se ubicó a la empresa, que estaba en Veracruz y el fiscal mandó un exhorto por vía diplomática para que notifiquen en la empresa que dentro de los cuatro meses debía comparecer”, evocó el abogado y puntualizó que “esa fue la primera citación”.

En 2014 la empresa comunicó que Girola ya no trabajaba ahí, y entonces, sin respuesta tras las reiteradas citaciones y otra vez sin datos del paradero, la fiscalía pidió su captura internacional. 

Figueroa resaltó que “para pedir la captura internacional la condena tiene que ser mayor a dos años. Si bien en este caso la pena es menor, hay un convenio especial con México que permite este tipo de extradiciones; sino, no hubiera sido posible la captura”.

“En septiembre de ese año, el Tribunal Superior de México hizo lugar al pedido y ¡oh casualidad! Girola se enteró, y ese mismo mes llamó a Zulma (Bianco) y le dijo que le iba a pasar plata por mes. Y le empezó a girar a través de una empresa de correo privado unos 2500 pesos. Eso se mantuvo hasta mayo de 2015, cuando fue detenido por Interpol. Pero sus abogados interpusieron una acción de amparo hasta tanto quedara firme la extradición decretada por el juez mexicano. Después de que salió en libertad por la acción de amparo, empezó a mandar cada vez menos dinero; al final eran 45 dólares”.

La apelación terminó en un tribunal de Casación, que en febrero de este año confirmó la extradición que había dispuesto el juez, y Girola volvió a ser detenido los primeros días de marzo de este año.

“La hija de Girola hoy tiene 16 años, y fue un calvario lo que sufrió la madre todos estos años, en realidad desde antes que naciera, cuando quedó abandonada. Siempre necesitó medicación especial y hubo épocas en que su madre no tenía cómo pagarla. Y ahora, después de años de no pasarle un peso, de no tener un régimen de visita porque se desinteresó totalmente, de eludir las citaciones judiciales, está detenido; el problema es que la pena es muy baja”, remarcó el abogado.

Desde el lunes, el ingeniero que declinó sus obligaciones paternales está alojado en el Establecimiento Penitenciario n° 5 de Villa María, a la espera de que la justicia lo indague.