Carina Di Marco, madre de la niña de 12 años que fue violada y estrangulada hace dos semanas en San Luis, fue detenida en los Tribunales de aquella provincia, acusada de ser “partícipe necesario” en los abusos sexuales que había sufrido su hija con anterioridad. Así lo dispuso Virginia Palacios, la jueza a cargo de la causa, tras la declaración, en Cámara Gesell, de uno de los hermanos de Florencia. Lucas Gómez, padrastro de la niña y único procesado por el femicidio, continúa preso en el penal de Pampa de las Salinas de la Botija, en San Luis.
Trece días después de ser encontrada muerta debajo de un puente en la ciudad de Saladillo, la causa que investiga el femicidio de Florencia Di Marco volvió a traer novedades. Ayer a la mañana, Carina, la madre de la víctima, llegó junto con sus tres hijos, a los Tribunales de la capital de la provincia cuyana para acompañar la declaración del mayor de éstos y horas más tarde, salió del departamento judicial esposada y custodiada por personal de la División de Homicidios de San Luis. En el medio, precisamente, habló –en Cámara Gesell– el hermano de Florencia, de nueve años de edad.
Si bien el testimonio del chico se resguarda en el expediente judicial, sólo unos minutos después de la detención de la madre, la jueza Palacios indicó a la prensa local que “se cuenta con elementos suficientes para acusar a Di Marco del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado´ en calidad de partícipe necesario”. Es decir, la imputación a la mujer no corresponde con el femicidio de Florencia –cuyo principal sospechoso es su marido, Lucas Gómez– sino que tiene relación con los abusos anteriores que la niña había padecido. Días atrás, una autopsia preliminar relevó que Florencia fue violada “reiteradas veces” antes de ser estrangulada, a la vez que se comprobó que el cuerpo presentaba abusos de larga data.
Pero la sospecha de la complicidad de Di Marco no radica sólo en lo que pudo haber dicho –o no– su hijo de nueve años. Una fuente judicial informó a este diario la existencia de un audio de una antigua docente de Florencia que le explicaba a la madre de ella cómo la niña relataba los episodios de abusos que realizaba su padrastro. La mujer, por su parte, relativizaba esa denuncia. Esta pista surgió luego que el Juzgado Penal 3 de San Luis, cuya titular es Palacios, disponga que una comisión especial viaje a la ciudad de San Martín, en la provincia de Mendoza, donde Florencia y su familia vivían hasta el año pasado. Allí, en un trabajo en conjunto con el Juzgado de Faltas N°2 de Mendoza y la Unidad Fiscal de San Martín, aquella comisión buscó recoger pruebas sobre los antecedentes de Gómez, a la vez que se contactó tanto con los vecinos que tenían trato con la víctima, como con los maestros de Palmira, de la escuela a la que la niña había concurrido.
Una radio local de Mendoza, FM Regional, divulgó otro audio, esta vez, de un policía de División de Homicidios de San Luis que participó de la recorrida en la ex-escuela de Florencia, quien confirmó que varias personas conocían los abusos de Gómez a su hijastra, entre ellas, la propia madre de la niña, y agregó que en el mismo audio que guarda la Justicia, Carina descartaba las acusaciones contra su esposo, al responder que se trataba de “inventos propios de su hija para faltar a clases”.
“Ella (Di Marco) está consternada. Le acaban de sacar los niños, a su beba recién nacida. Es complicado asumir que se tiene una bestia en la casa”, explicó Karina Mantelli, abogada de la madre de Florencia. Tras la detención de Di Marco, la letrada indicó que “la acusación no tiene que ver con el homicidio sino con otros abusos anteriores” y confirmó que “el hermano de ella tiene la custodia de sus tres hijos”. Al igual que su hermana Carina, el tío de Florencia (“la persona idónea para el cuidado de los tres chiquitos”, según relató Mantelli) había defendido en primera instancia a Gómez, cuando comenzaron las sospechas en su contra. Luego, con el correr de los días, cambió su discursó y cargó contra su cuñado. Lo mismo sucedió con su hermana.
Por otro lado, fuentes judiciales aseguraron que los tres hijos de Gómez y Di Marco fueron examinados por un equipo interdisciplinario de médicos, pediatras y psicólogos, Ninguno de los tres, según indicaron las fuentes, presentaba lesiones cuando éstos fueron revisados por el cuerpo médico forense.
La desaparición de Florencia Di Marco paralizó a casi toda la provincia de San Luis cuando ocurrió, el 22 de marzo. En ese momento, su padrastro Gómez salió en todos los medios locales a decir que “la buscó por todos lados” y agregó que “Florencia era muy cerrada, todo el día con el teléfono”. Tres días después, vecinos de Saladillo encontraron el cuerpo semidesnudo de la niña en un arroyo en la entrada de aquella ciudad, y al mismo tiempo que la autopsia revelaba que la víctima “vivió un verdadero calvario” –tal cual declaró el médico que efectuó los estudios– al ser abusada, maniatada, estrangulada con un lazo y por último, arrojada al muro de contención de un puente, la Policía de San Luis arrestaba a Lucas Gómez, su padrastro, único acusado del femicidio. Un día después de la detención, el presunto homicida se negó a declarar y la jueza le dictó la prisión preventiva en el Complejo Penitenciario de máxima seguridad Pampa de las Salinas de la Botija.
Informe: Jeremías Batagelj.