Tras la muerte por coronavirus de Ramón Ayala, quien era secretario general de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre), en el gremio se abrió una disputa por la sucesión en la conducción. Dirigentes, delegados y congresales expresaron su disidencia con las desiciones tomadas por el nuevo secretariado nacional, y manifestaron la "necesaria convocatoria a un Congreso del sindicato para llamar a elecciones soberanas".

Los dirigentes señalaron que "resulta lamentable que a horas del fallecimiento del conductor del sindicato, miembros del secretariado que lo sucedió provisionalmente salieran a agredirlo imputándolo de todo lo acontecido en los últimos años, en especial cuando dirigentes nacionales ya no representan tampoco sus provincias". 

Ante la nueva etapa del sindicato rural, señalaron diversos reclamos, como el respeto por la devolución del 40% a las seccionales, o el nombramiento de "representantes genuinos" ante la Comision Nacional de Trabajo Agrario para discutir condiciones de trabajo y salarios. Denunciaron además que "hace ocho meses que la mayoría de los dirigentes del secretariado nacional no pisan la sede sindical" y que "resulta indispensable la rendición de cuentas de los ingresos ante el próximo congreso nacional del gremio, y el respeto a raja tabla de el estatuto del sindicato hasta la próxima elección libre de congresales que puedan elegir una nueva conduccion".