El 11 de agosto de 2019 el entonces presidente de la Nación había perdido las PASO y decidió soltar las amarras de la economía, dando lugar a una hiperdevaluación en la semana posterior a las elecciones y el consecuente traslado a los precios, desatando una ola inflacionaria que se prolongó hasta diciembre.
La variación interanual (el acumulado en los últimos doce meses) llegó en septiembre al 36,6%, verificando una sensible baja respecto del máximo del 53,8 por ciento anual que se alcanzó al mes de diciembre de 2019, el mes de despedida de la gestión de Cambiemos.
Alzas de vestimenta y calzado
Los dos rubros con mayor incidencia en la suba de los precios al consumidor de septiembre fueron Prendas de Vestir y Calzado, (5,8%) y Bebidas alcohólicas y Tabaco (4,3%). Los otros rubros que tuvieron variaciones por encima del promedio fueron los de Transporte (3,6), Salud (3,5) y Alimentos y bebidas no alcohólicas (3,0).
Vale aclarar que, dentro del rubro Transporte, quedó muy marcada la diferencia entre la variación del renglón Transporte público, de apenas 0,9% (tarifas congeladas para la mayor parte del servicio), del aumento verificado en el renglón Adquisición de vehículos, del 5,8%,. En este caso, como efecto de la reactivación de las operaciones de ventas de rodados en las últimas semanas que tuvo su reflejo en los precios de las unidades, incluso de las usadas.
También se registraron diferencias en la evolución de los distintos rubros que componen el sector de alimentos. Mientras que se verificaron fuertes aumentos en frutas (9,2%) y verduras (13,7), ellos contrastaron con bajas en los precios promedio de cafe, té, yerba y cacao (-0,3%) y de aguas minerales, gaseosas y jugos (-1,1%).
Aumentos por regiones
Analizado por distribución geográfica, el Indec refleja la fuerte incidencia que tuvo el aumento de los cigarrilos (rubro Tabaco), en cinco de las seis regiones en que divide al país. En la Pampeana, Noreste, Noroeste, Patagonia y Gran Buenos Aires el rubro tuvo un aumento de precios en septiembre superior al 6 por ciento, resultando el de mayor suba en cuatro de ellos y el segundo en GBA. En este último, el rubro que más aumentó de precios fue Prendas de vestir, con 7,8%. En Cuyo, el rubro de más fuerte aumento fue Calzado, con un llamativo salto del 14,8%.
Las medidas de aislamiento preventivo sanitario afectaron principalmente a las prestaciones personales, es decir los servicios. Esto se refleja también en que la suba de los precios de los servicios promediaron en septiembre el 1,1, mientras que los de los bienes alcanzaron al 3,6 por ciento.
En cuanto a la evolución de la inflación, se observa un importante cambio de ciclo a partir de enero. La disparada de la inflación durante el segundo semestre del año pasado, reflejo de las condiciones políticas y del descontrol de la política económica, aunque con la recesión jugando un rol atenuador, quedó señalada en un aumento acumulado del 53,8 por ciento en los precios a lo largo del año.
A partir de enero, la puesta en práctica políticas de orientación de precios, a partir de los programas de Precios Cuidados primero, y Precios Máximos después, coordinados desde la Secretaría de Comercio, fueron suavizando la curva de inflación. En los primeros nueve meses de este año, solamente en marzo el IPC superó los 3 puntos, con el 3,3% en ese mes. Pero también cabe advertir que septiembre fue el segundo mes del año en alzas de precios, con el 2,8%.
Recesión y precios
La economía nacional venía de un proceso prolongado de recesión en los dos años anteriores, pese a lo cual el ritmo de la inflación no se detuvo sino que se aceleró en el último semestre. Este año, por la pandemia, la situación económica fue afectada tanto por el lado de la oferta como de la demanda, por lo cual es difícil asegurar cuál hubiera sido el resultado "lógico" que podría haberse esperado. De cualquier modo, lo que manifiestan los índices es que no hubo el descalabro ni descontrol que se produjo el año pasado ante el fracaso definitivo de la política de Cambiemos.
Sin pretender presentarlo como un éxito, se evidencia que la política de contención de precios actual logró, como mínimo, atenuar el impacto de la reducción de oferta por la pandemia y de la inercia inflacionaria que traía desde el cierre del ciclo político anterior.
La inflación acumulada en los primeros nueve meses del año quedó asi en el 22,3 por ciento, lo cual indica que si en este último trimestre del año se lograra que el alza de precios se sostuviera en torno al 2,8/3,0 por ciento, el año terminaría con una inflación total inferior al 33%. Esto es, veinte puntos por debajo del resultado del año pasado.