En medio del estrago económico con que la pandemia del coronavirus viene castigando al mundo del fútbol, la Conmebol consiguió la restitución de unos 37 millones de dólares, que habían sido desviados de manera irregular a cuentas personales de dos ex dirigentes: el paraguayo Nicolás Leoz, ex presidente del organismo, y el argentino Eduardo Deluca, ex secretario general y hombre de confianza de Julio Grondona.
El actual presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, fue quien reclamó el dinero a la Fiscalía de Suiza, a través de sus representantes Saverio Lembo y Anne Valerie Julen de BearKarrer, y logró recuperar para el fútbol esa fortuna encontrada en cuentas radicadas en Suiza, Paraguay y Estados Unidos. Dinero que, cómo algunas anunció Domínguez, "pertenece al fútbol y será reinvertido en la región". Según lo comunicó la propia Conmebol, Domínguez continuará "trabajando para la reposición del dinero apropiado por particulares y que pertenece a toda la familia del fútbol sudamericano".
La Conmebol es la única confederación que llevó adelante una auditoría para dar con el dinero desvíado en 2016, luego de los escándalos de corrupción que sacudieron el mundo del fútbol. "Estas acciones modificaron la percepción de los diversos órganos judiciales, pasando la Conmebol de ser considerada una “organización criminal” (2015) a una institución “víctima” de sus dirigentes", se explica en el sitio oficial del organismo. Precisamente, este cambio otorgó a Conmebol la posibilidad de solicitar la restitución del dinero sustraído por diversos dirigentes involucrados en los procesos judiciales en torno al FIFAGate.
Dentro de la estrategia de Reglas Claras, en el Congreso convocado para noviembre se rendirá cuentas de este recupero y de las acciones realizadas para logarlo. Hasta la fecha, Conmebol ha recuperado más de 53,5 millones de dólares, una cantidad mucho mayor a la que era factible rastrear y eventualmente recuperar, según la auditoría forense practicada en su momento.