El Instituto del Diálogo Interreligioso (IDI), con la firma de sus copresidentes, el rabino Daniel Goldman, el sacerdote católico Guillermo Marcó y el dirigente islámico Omar Abboud, emitió una declaración en la que califica de “maravillosa” la reciente encíclica Fratelli Tutti del papa Francisco, considerando que se trata de “una invitación que nos permite soñar un camino conjunto para la humanidad” y través de la cual Jorge Bergolgio “nos interpela a colocarnos en el lugar del otro, abriendo nuestros corazones y mentes para modificar nuestra mirada y los hábitos que nos destruyen”.
Los firmantes aseguran que “si bien la encíclica apunta a una dimensión universal en este tiempo difícil que nos toca vivir, el papa Francisco, con sus palabras también nos habla a nosotros, los argentinos”.
El IDI es una entidad que tiene como misión promover el entendimiento de los hombres de fe, fomentar la convivencia pacífica y promover la cultura de encuentro y que, a propósito del documento papal reitera su convocatoria a “las personas que integran las comunidades religiosas, dirigentes políticos, medios de comunicación, entidades de la sociedad civil y a la comunidad en general a trabajar en sintonía con la misión de preservar y fortalecer las sendas de diálogo que conduzcan a una mayor fraternidad y solidaridad entre todos los habitantes de nuestro país”.
Marcó, Abboud y Goldman piden a los argentinos “fomentar el diálogo genuino y libre de especulaciones, ya que creemos que ello es una actitud de vida, una enseñanza permanente y un instrumento que resuelve diferencias internas y externas”. Según dicen “hemos aprendido a través de nuestra experiencia que los argentinos, más allá de nuestras dificultades y disensos, sabemos brindar testimonio de coexistencia, de cooperación pacífica y armoniosa”.
Atendiendo al momento que vive el país y a raíz de la encíclica papal afirman que “el diálogo permite lograr consensos para el bien común”. Por eso, dicen, “con ese espíritu llamamos al liderazgo de nuestro país a transitar por este camino”. Entienden los dirigentes religiosos que “la construcción de redes de respeto y fraternidad nos permitirán preservar estos valores que nos invitan a la prudencia y a la reflexión, con el objeto de defender la inalienable dignidad de las personas, incluir a los excluidos, amparar a los pobres, superar los prejuicios, trabajar por la justicia, fomentar el pluralismo, y armonizar en nuestra Casa Común”.
Como espacio interreligioso la misión del IDI consiste en fomentar la fraternidad social a partir del diálogo y la cooperación entre los credos. Con en ese propósito en el documento emitido ahora se sostiene que “aprendemos de nuestras tradicionales fuentes religiosas que la coexistencia y el respeto se perfeccionan a través del amor al prójimo” y que “ello exige un compromiso real que se traduce en una preocupación genuina por la dignidad del hombre, oponiéndose de manera absoluta a toda violencia como medio de resolución de conflictos”.
Por eso, concluyen, “en la esperanza y la firme convicción de que los enfrentamientos y agresiones mutuas perturban desconciertan y destruyen” y hacen un llamado a “crear instancias permanentes de diálogo que fortalezcan nuestra convivencia”.