El exsecretario general de Interpol, Ronald Noble, fue sobreseído de la imputación por un supuesto encubrimiento de los sospechosos iraníes en el atentado contra la AMIA. El juez Marcelo Martínez de Giorgi consideró que “resulta claro que de las constancias incorporadas no se desprende que las personas mencionadas --Noble y ex funcionarios de la Cancillería-- hayan contribuido en la realización de la maniobra investigada en la presente causa por lo que se dispondrá su sobreseimiento”. El expediente surgió de una disparatada acusación contra el norteamericano, que fue jefe del Servicio Secreto de Estados Unidos, de haber jugado a favor del régimen iraní y del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en el marco de los diálogos por el Memorándum de Entendimiento con Irán. Noble siempre sostuvo que ese tratado de ninguna manera cambiaba las órdenes de captura con alertas rojas emitidas por la Justicia argentina, de manera que en nada se favorecía a los sospechosos iraníes. Con esa afirmación, el extitular de Interpol derrumbaba las acusaciones contra CFK, por lo que el aparato judicial alineado con Cambiemos, con un sector de la dirigencia de la comunidad judía y con la derecha norteamericana, consideró a Noble como un enemigo y arremetió contra él.
En enero de 2015, pocos días antes de su muerte, el fiscal Alberto Nisman puso en marcha su denuncia contra Cristina Kirchner, Héctor Timerman y una serie de dirigentes políticos por el Memorándum con Irán. En ese texto, Nisman no hizo más que elogiar a Noble diciendo que CFK y el fallecido canciller Timerman, a través del Memorándum, querían levantar las órdenes de captura contra los iraníes, pero que Noble fue un gran obstáculo y no lo permitió.
El mismo día en que se encontró el cuerpo de Nisman, desde Dubai, Noble le informó a Página/12 y a The Wall Street Journal que la denuncia de Nisman era falsa y que el gobierno argentino buscaba acelerar la causa judicial por el caso AMIA pero en ningún momento planteó cambiar el status de las órdenes de captura. Como el objetivo era perseguir a CFK y Timerman, la causa siguió su curso, pese a que el juez Daniel Rafecas y la Cámara Federal sostuvieron que no existía delito porque se trataba de un tratado votado por el Congreso y que, además, nunca entró en vigencia, por lo cual no podía tener efectos jurídicos.
Ya muerto Nisman, Noble pasó de ser un héroe que frenó al kirchnerismo a ser un enemigo confabulado con CFK y Timerman. La escalada judicial trepó a través de una causa colectora, permitida por el aparato de Comodoro Py, que --cuándo no-- instruyó el fallecido juez Claudio Bonadio. Las cosas llegaron al colmo de acusar a CFK y Timerman por traición a la patria. En ese marco, al enemigo Noble lo imputaron por participar del encubrimiento. Fue el camino para evitar su declaración, primero en la instrucción y ahora en el juicio oral que se aproxima.
En su fallo de unas 50 páginas, Martínez de Giorgi sostiene que en 2009 Noble participó de diálogos sobre lo que se llamó la solución en un tercer país. La propuesta fue pública, de manera que no había nada por ocultar: que se buscara un país neutral --se hablaba de Marruecos-- donde realizar un juicio contra los iraníes. Martínez de Giorgi afirma que aquellas negociaciones no pueden ser tomadas como un encubrimiento de los iraníes tal como en algún momento plantearon denunciantes y querellantes.
Hay varios aspectos que llaman la atención del fallo de este miércoles:
* No estaba claro que Noble estuviera imputado. Su situación siempre estuvo en una nebulosa. El juez dice que si la querella pidió su indagatoria es que había una imputación y que tenía derecho a un pronunciamiento. Por eso fue absuelto.
* Tampoco estaba claro cómo juegan las inmunidades de las que gozan los funcionarios de Interpol. Según la ley 24.186 son como embajadores: no pueden ser detenidos. Pero la interpretación es que sí pueden ser sometidos a un proceso.
* Es ahora nítido que Noble fue absuelto, aunque podría haber alguna apelación. Si esto ocurre, es posible que se le impida declarar en el juicio oral.
De todas maneras, por lo que trascendió de las altas esferas de Interpol, lo más probable es que cualquier cuestionario enviado por la Justicia argentina --la presidenta del Tribunal Oral Federal 8, Gabriela López Iñiquez, está trabajando en eso-- sería contestado institucionalmente por Interpol. El rumor es que la secretaría general de la organización mundial de policías diría que “las órdenes de captura con alertas rojas siguen vigentes y nunca dejaron de estarlo”. El mensaje tácito, en ese caso, es que ni antes ni durante ni después del Memorándum se favoreció a los sospechosos iraníes.