La NASA diseñó un rover, un nuevo vehículo explorador de otros planetas, capaz de descender por los costados de los cráteres y acantilados casi verticales en la Luna y Marte y otros planetas.
El DuAxel (abreviatura de 'dual-Axel') está compuesto por un par de vehículos ensamblables de dos ruedas. Funciona de de la siguiente manera: se detiene ante la inclinación pronunciada que quiera explorar, baja su chasis y lo ancla al suelo antes de dividirse en dos. Con la mitad trasera de DuAxel firme en el lugar, la mitad delantera se desacopla y se aleja rodando sobre un solo eje.
"DuAxel abre el acceso a terrenos más extremos en cuerpos planetarios como la Luna, Marte, Mercurio y posiblemente algunos mundos helados, como la luna de Júpiter", comentó Issa Nesnas, supervisor del proyecto. Y agregó: "En lugar de intentar protegerse siempre contra peligros como caerse o volcarse, está diseñado para resistirlos".
La idea detrás de la creación de dos vehículos de un solo eje que se pueden combinar en uno con una carga útil central es maximizar la versatilidad: la configuración de cuatro ruedas se presta para conducir grandes distancias a través de paisajes accidentados; la versión de dos ruedas ofrece una agilidad que los rovers más grandes no pueden.
Lo que mantiene conectadas las dos mitades es una correa que se desenrolla cuando el eje principal se acerca al terreno empinado y desciende en rápel por la pendiente. Utiliza instrumentos guardados en el cubo de la rueda para estudiar una ubicación científicamente atractiva que normalmente estaría fuera de su alcance.
Este escenario se desarrolló durante una prueba de campo en el desierto de Mojave, cuando un pequeño equipo de ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA sometió al rover modular a una serie de desafíos para probar la versatilidad de su diseño.
"DuAxel funcionó extremadamente bien en el campo, demostrando con éxito su capacidad para acercarse a un terreno desafiante, anclar y luego desacoplar su rover Axel atado", dijo Issa Nesnas. "Axel entonces maniobró de forma autónoma por pendientes empinadas y rocosas, desplegando sus instrumentos sin la necesidad de un brazo robótico" agregó.
Concebido sobre el papel para el transporte modular en los años 90 del siglo XX, el desarrollo de Axel se repensó para misiones futuras hace unos años con el descubrimiento en barrancos de Marte de lo que parecían ser salidas estacionales de agua líquida (características oscuras conocidas como líneas de pendiente recurrentes), lo que aumentó el interés en el uso de robots para tomar muestras.